La localidad toledana de Guadamur ha presentado al público lo que se denomina la adecuación turística del yacimiento de Guarrazar. Lo que representa que ya queda abierto a visitantes un yacimiento que retrata el paso del imperio romano a la conquista islámica. Son restos de grandes edificios que data de antes de la llegada de los musulmanes a España –en el año 711-.
El Ayuntamiento de esta población de los Montes de Toledo ha querido realizar un acto de apertura para homenajear a todos los que acabaron con el olvido de este tesoro. Si el siglo XIX se hallaron las coronas votivas –que se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid-, fue en 2002 cuando el arqueólogo alemán Cristoph Eger, al realizar un estudio de georradar, el que descubrió que dicho terreno ocultaba verdaderas joyas del imperio visigótico.
Precisamente, Eger ha sido uno de los que ha recorrido el escenario en este acto y reconoció que, en aquella época, no sabía lo que se iba a encontrar. No obstante, el estudio realizado por el alemán marcó las excavaciones que, posteriormente, se realizarían en un área de cuarenta hectáreas. El consistorio y la empresa Actividades Arqueológicas SL, dirigida por Juan Manuel Rojas, han conseguido que el yacimiento suponga lo que es en la actualidad.
Fue una excavación en 2012, llevada a efecto por la Escuela Taller de la Diputación, la que hizo que el Ayuntamiento decidiera encargar a esta empresa la redacción de un proyecto sobre cómo efectuar la investigación del yacimiento y, además, conseguir su sostenibilidad económica y que fue el inicio de la actual colaboración público-privada.
Al yacimiento, se accede por un camino de gravilla y dispone de un edificio de interpretación, aseos y un porche de recepción para los visitantes, que pueden acceder por grupos. Es un espacio de divulgación arqueológica y se incluirá un arqueódromo para que los escolares conozcan cómo se investiga nuestro pasado sobre el terreno. Consta de unos cimientos de una basílica, un monasterio y un gran edificio. Este edificio se ubica junto a la fuente en la que se encontraron las famosas coronas votivas.