Lo decía Jesús Fernández Vaquero, el secretario de Organización del PSOE en Castilla- La Mancha, en la noche electoral: se ha notado el efecto Page y no hemos perdido tantos votos como en otras comunidades autónomas. Y la verdad es que los socialistas han mantenido el tipo y aún anda bailando un escaño en Albacete, que, por el voto por correo, puede ir a manos del PSOE y perderlo el PP. Sin ir más lejos, aquí en la provincia de Toledo, los socialistas han arrebato 36 municipios que eran de color popular. Y es que en Toledo es donde el PP se la ha pegado de verdad. No me extraña que ya se oigan voces de rebeldía y disidencia dentro de la gran familia popular en la provincia.
En los anteriores comicios electorales, el PP obtuvo en Toledo cuatro diputados y el PSOE dos. Ahora disponen de dos cada uno. Aquí encabezaba la lista María Dolores de Cospedal, que hace unas fechas dejó de ser la presidenta regional, y Arturo García-Tizón era el número dos. Ambos han salido elegidos, pero haber sido la presidenta de Castilla- La Mancha, una, y el presidente de la Diputación, otro, no ha servido para evitar la pérdida de esos dos diputados.
Diputados, por cierto, que iban a ser Agustín Conde, que ya ha anunciado que deja la política, y Francisco Vañó, el segundo discapacitado que ha ocupado las Cortes en esta época democrática.
El efecto Page ya se ha notado electoralmente para su partido y esto le supondrá ser uno de los barones que tengan que decir mucho en Ferraz. El presidente regional se lleva bien con todos. Tanto con Susana Díaz, que parece que será el futuro del partido, como con Pedro Sánchez, el presente. Él no enreda en Madrid, pese a que un día sí y otro también escucha cantos de sirena. Está centrado en Castilla- La Mancha y es lo que tiene que hacer por ahora porque en esta tierra necesitamos un buen efecto de verdad. Lleva pocos días al frente del Gobierno regional, pero ya se nota su trabajo. A lo mejor, dentro de unos meses ya no es solo Vaquero el que dice públicamente aquello del efecto Page.
