Ya ha estallado la precampaña y algunas formaciones políticas se les nota más las costuras que a otras o, tal vez, lo que sucede es que ciertos partidos ya han metido la directa y otros están a la espera del pistoletazo de salida. Lo cierto y verdad es que el Partido Popular ya se ha tirado a la arena en busca de recuperar en la geografía toledana los apoyos que se les negaron en la última cita electoral.
Pero el PP parece cercado por una soledad que hace poco más de cuatro años no padecía. Ayer, sin ir más lejos, se pudo comprobar que la estrella electoral pepera toledana, la expresidenta María Dolores de Cospedal, no logró reunir en la caseta ferial del partido ni a la mitad de los que congregara otrora. Claro, que en Talavera el PP cuenta con un arma: la cercanía que exhibe el alcalde Jaime Alberto Ramos y del que se espera que se le haya ahogado en la playa de Los Arenales.
En Toledo, por los movimientos que se aprecian, tampoco la cosa parece pintar nada mejor para el PP. Al presidente provincial, Arturo García-Tizón, pese a su gran experiencia se le nota lento de reflejos. Eso sí, acepta el intercambio de golpes que le ofrecen en la Diputación y contraataca con asuntos que pueden dar votos, como el fallido parque de bomberos de Ocaña, pero que se les puede volver en su contra.
En los dos principales ayuntamientos de la provincia, la labor del PP es distinta y la expectativas de voto también. En la Ciudad de la Cerámica, Ramos manda con el apoyo de Ciudadanos y el alcalde saca mucho más partido de la situación que la formación naranja, por lo que es fácil que el 26-J la Junta Local del PP de Talavera salve el expediente.
Y en Toledo, ya veremos. Es terreno abonado para el Partido Popular, pero las últimas decisiones de la oposición hacen dudar. Hace años decían, desde la Ciudad Imperial, que el consistorio talaverano parecía un gallinero, pero ahora da la impresión que es el toledano el que se asemeja más por esas ocurrencias que, de vez en cuando, tiene Jesús Labrador, el hombre que –tras no ganar la alcaldía- se marcha a realizar política de estado siempre que no se lo impida la izquierda.
Pero donde verdaderamente se masca la soledad del PP es en su intento de trato con los agentes sociales. Ayer, el grupo parlamentario en las Cortes de Castilla-La Mancha había citado a los sindicatos para hablar sobre el recurso que Rajoy ha interpuesto contra la jornada de 35 horas de los funcionarios públicos y CCOO y UGT les dieron la espalda. Es la consecuencia de la política de recortes.