Imagino que las cabezas pensantes del PSOE, que las tiene y muy buenas, y los asesores de la formación habrán estudiado la situación en la que se encuentra el partido en Toledo tras las elecciones del pasado domingo. El PP casi borra del mapa a los socialistas, pues estos últimos únicamente se impusieron en veintidós de las 204 localidades toledanas y lograron empatar en Torralba de Oropesa.
La marea popular ha sido tan fuerte que hasta de las tres localidades toledanas dirigidas por Podemos o Ganemos –Añover, Esquivias y Burguillos- han sido teñidas de azul dos de ellas y una ha podido conquistar el PSOE. Y es que el PSOE se ha convertido en el partido más votados en sólo ocho poblaciones de las comarcas toledana y catorce en las talaveranas. Eso ha sido su botín. Ni siquiera en Escalona, población gobernada por el presidente de la Diputación y secretario provincial socialista, Álvaro Gutiérrez, se ha logrado imponer.
Este barrido debe preocupar mucho a los socialistas, pues llega días después que desde el Gobierno regional y los ayuntamientos de este color político hayan puesto en marcha una batería de políticas sociales encaminadas a anular los dolorosos recortes de la era Cospedal.
No ha servido para paliar la derrota la personalidad del presidente regional, Emiliano García-Page, ni sus iniciativas, ni tampoco la enjundia de muchos alcaldes en los diferentes pueblos. Los votos en ciertas poblaciones han cambiado de bando y no lo han hecho porque sí.
A mi humilde entender, el PSOE no ha sabido vender el buen trabajo que se está realizando no sólo en la Junta de Comunidades, sino también en la Diputación y en los consistorios en los que gobierna. Por arte de birlibirloque se han recortado los planes de publicidad a los medios de comunicación y muchos vecinos no se enteran de los logros de estos gobiernos. Decidieron enrocarse en sus despachos y no abrirse a la ciudadanía y ahí están algunas de las claves de la derrota socialista.
Si los apoyos no cambian, el PP volverá a conquistar el Gobierno regional y el de la Diputación, además de ayuntamientos de poblaciones señeras de la geografía provincial.
Es el tiempo de asumir errores, de continuar con este gran trabajo y… de abrirse más a la ciudadanía. Esta derrota debe servir de revulsivo y para crear una nueva ilusión. El PSOE sí sabe lo que hacer para ganar, pero ¿por qué no lo ha puesto en práctica? Se abre un tiempo nuevo.