El alcalde de Talavera, Jaime Ramos, ha reconocido que ante la imposibilidad de acometer la millonaria inversión necesaria para construir el nuevo cementerio municipal junto a la Nacional 502 y de encontrar la fórmula de acometer dichas obras a través de una concesión privada o mixta, el equipo de Gobierno ya baraja aparcar un proyecto considerado en su día como urgente y ahora se centra en “mejorar la rentabilidad”, es decir, alargar la vida útil del actual camposanto, que en estos momentos se estima en cuatro años.
Por ello, los responsables municipales estudian distintas vías que posibiliten liberar espacio del recinto para futuros enterramientos. En este sentido, Ramos refiere que “cada vez más familias optan por la incineración”, unos cambios de hábitos que supondrían un alivio para la actual situación al reducirse las necesidades.
