Hace unos años entrevisté a Sonsoles Arnao. Era tan desconocida que titulamos “Entrevista a Sonsoles Arnau”. Tampoco ella nos rectificó sobre el error en el nominal de su apellido. Sic transit gloria mundi.
Si algo admiro de ella es su perseverancia política. Aunque ahora esté en Ganemos, Podemos, Parecemos, Seremos, Intentaremos, o cualquier nombre que se le ocurra a la neoizquierda, ha sido fiel a sus convicciones. Desde el principio.
Lo mismo he de reconocerle a Cayo Lara. En mi opinión algo obtuso en su argumentación, pero fiel a sus convicciones. La prueba de su inscripción en las listas del paro nacional denota su honestidad. Aproximadamente mantengo un cinco por ciento de afinidad con sus ideales, pero es muy respetable su actitud.
El problema de IU ha sido siempre de incapacidad comunicativa. Ni uniéndose a Iglesias han solventado ese problema. Arnao, en Talavera, padece el mismo síndrome. Y en el escalón autonómico, Emiliano García-Page eclipsa a sus socios podemitas.
Ocurre porque las múltiples maneras elegidas para autodenominarse a esta agrupación asamblearia confunden al electorado. Ahora analizan las causas de su fiasco.
Arnao ha sido siempre estable. Pablo Iglesias no. Y eso se paga en votos.
Sí. Tiene la capacidad de decir una cosa y la contraria en la misma frase.