Este pasado 22 de agosto fueron 30 los años que llevo sin ver a mi padre vivo. Déjenme que le dedique este preámbulo a su memoria.
30 años son muchos, pero aún está en mi recuerdo. No comparto la letra de Gardel y su “Volver” y sus “veinte años no es nada”. Treinta, repito, son muchos. Tantos que creo añoramos esa época con menos tecnología pero más actividad. No había “ninis” y tampoco ese envilecimiento que ahora envuelve el campo político. No existía tanta corrupción y había ilusión en 1986 por crear una nación más moderna. Aleteaba la “Movida madrileña” y existía un espíritu impulsivo, creativo e ilusionante que hoy está más desaparecido. ¿Qué nos ha pasado?
Sólo diré que comparando nuestra comunidad autónoma, respecto a lo que era hace tres décadas, se la percibe más fraguada. Bono luchó por un proyecto que parecía un zurcido de geografía política, pero que hoy en día ha dado grandes pasos adelante.
Recuerden: 30 años son muchos, hasta en política. Revisando la hemeroteca de entonces nos damos cuenta de la fragilidad de Castilla- La Mancha como figura política.
Al menos, 30 años después, y eso que estamos en situación de incógnita ejecutiva nacional, existe una manera distinta de entender el concepto de comunidad. Convivencia. Respeto. Así ha de ser. Así está siendo…
Y, por últmo, un beso que envío a un cielo inexistente, pero en el que quiero creer. Querido padre… Quién nos vió y quién nos ve…
,,,o sea, que sobran comunidades, provincias…gobernadores, coches oficiales, chóferes..etc, es decir, A+B = AHORRO.
Ah, no …espera. que siguen gobernando TANTO-MONTA, MONTA-TANTO, y a trincar con nuestra mal llamada democracia.