Durante toda la mañana la noticia ha corrido como la pólvora y provocado cientos de críticas y comentarios en las redes sociales hasta que finalmente ha llegado la disculpa pública desde McDonald’s Talavera.
El uso junto a fantasmas, telarañas, lápidas de una figura de la Virgen manchada de rojo y el Niño Jesús decapitado para ambientar el local en las celebraciones de Halloween ha causado gran malestar entre multitud de creyentes, que lo han considerado como una falta de respeto a las creencias de millones de personas.
Incluso, en la ola de repulsa e indignación ya estaba cobrando cuerpo un boicot contra esta conocida cadena de restaurantes. Como ejemplo, junto a numerosos católicos, así lo proponía el párroco de la vecinal localidad de Alcaudete, Juan Antonio Pérez, quien instaba a través de Facebook a que “si ellos no saben respetar, nosotros les vamos a dar donde más les duele, en el bolsillo”.
Por su parte, el delegado episcopal de Misiones de la Diócesis de Toledo, Fernando Redondo, también mostraba en Twitter su “repulsa y condena” por el trato dado a la Virgen y al Niño.
Disculpa pública
Ante el cariz que estaba tomando la situación, Benito Sagredo, franquicado de McDonald’s en Talavera, ha difundido también a través de la red las “disculpas públicas” por lo sucedido en su nombre y en el de todo el equipo del restaurante, asegurando que la imagen fue retirada “tan pronto como llegó a conocimiento de la dirección del centro”.
Según ha podido conocer Ahoraclm, la Virgen y el Niño decapatido estuvieron expuestos desde la mañana del viernes hasta las tres de la tarde de dicho día.
Igualmente se reconoce que la acción de los encargados de decorar el restaurante “ha sido muy desafortunada”, explicando que al proceder la figura en cuestión de un cementerio y estar ya deteriorada “podía ser un detalle alegórico a los difuntos”. Sagredo, también asegura que “en ningún caso se ha querido utilizar la imagen religiosa de la Virgen y el Niño, por las que tenemos el más absoluto de los respetos y mi más particular devoción”.
Según su versión de los hechos, un empleado del restaurante talaverano, antiguo trabajador de cementerios, sería el dueño de la imagen expuesta en el mostrado, que le fue entregada en su día por encontrarse ya en mal estado, por lo que también se defiende que el Niño Jesús no habría sido decapitado para su uso como elemento decorativo.
Por último, además de insistir en la petición de disculpas, el responsable del restaurante finaliza anunciando su intención de restaurar la figura lo antes posible.