Cuando se aprobó la Constitución el que se dirige a usted, querido lector, desde este balcón contaba con veinte años de edad. Ya ha llovido desde entonces. Recuerdo que sobre mi carpeta lucía una viñeta de Forges que decía ‘Me molas Consti’ y que se hizo muy popular entonces. Eran tiempos en blanco y negro, aunque los de ahora tampoco son para tirar cohetes. Aquel año, el 1978, la provincia despertaba políticamente.
Los rostros que se dejaban ver en los periódicos provinciales de la época eran los de los ucedistas Gonzalo Payo, Ignacio de Mesa o Martiniano Blázquez, sin olvidar a Gregorio Peláez o Arias Salgado, que tuvieron cierto protagonismo en la comarca talaverana. En los socialistas brilló el triunvirato Fuentes-Ramos-Tello y del PCE no se pueden olvidar los de Gabriel Ramos o Pablo García, por poner algunos ejemplos. El PTE estaba fielmente representado por Manuel López y Enrique Pedrero y en los sindicatos se dejaban notar Feliciano Jiménez y José Ángel Castaño.
La juventud comenzó a meterse en política en serio después de los escarceos -siempre peligrosos- en tiempos franquistas. Enrique Martínez de la Casa, Carlos Loren, Juanito Acevedo, Alberto Godoy contaban con su parné de progresía desde las aceras socialistas, comunistas y petetistas. Hace poco, por cierto, Manuel López publicó en su facebook una foto en el que se veía a muchos de ellos en una manifestación antitrasvase, un problema que surgió un año después y que aún no ha acabado de solucionarse.
Era una época en la que aún reinaba con fuerza la extinta UCD y en la que el PSOE no era tan fuerte. Luego cogió vigor con las incorporaciones de ucedistas, comunistas y de gente del PTE. Y es que ya en aquel 1978, las formaciones políticas se parecían algo a las de ahora. Así, la primera fuerza, que era UCD, comenzaba a desangrarse, muy parecido a lo que ahora le sucede al PSOE. Las facciones de izquierda se unían, al igual que hoy lo han hecho Unidos Podemos, estrechando lazos que hacían desaparecer a la extrema izquierda y triunfar la socialdemocracia.
Por aquel entonces, la gente sí quería echarse a la calle, como lo demostró un año después para protestar por el trasvase Tajo-Segura; algo que ahora se pone en duda a pesar de lo que declare el alcalde de Talavera. Eran otros tiempos que no volverán. Pero se fraguó un futuro que ha encontrado el fin. Ahora hay que modificar la Constitución, adaptarla a los tiempos que corren y volver a mirar el horizonte, aunque algunos discursos de los políticos de hoy recuerdan mucho a los de entonces. Maldita memoria.
Hola.
En la foto de la que hablas, también se encuentra Nines Maestro, concejala del primer ayuntamiento democrático de nuestra ciudad.Esa foto y otras que guardo de esa primera multitudinaria manifestación contra el trasvase Tajo-Segura, son unas joyas.