Por David Talavera Almendro, concejal en el Ayuntamiento de San Bartolomé de las Abiertas
En la década de los 50 y, sobre todo, en la de los 60 del siglo pasado se produjo en las zonas rurales de España un gran movimiento migratorio que supuso la despoblación de los pueblos. Muchos de sus habitantes emigraron a las grandes ciudades del país (Madrid, Barcelona, Valencia, etc.) o al extranjero (Alemania, Suiza o Francia). La gente buscó mejores trabajos en los sectores secundario y terciario y, con ello, un futuro más esperanzador. El campo, debido a su mecanización, no podía proporcionar ocupación a tanta población; sobre todo, a la joven. En muchos lugares el descenso de ésta fue superior al 50%, llegando, en algunos casos, a un descenso del 80% de la población activa.
Hoy nuestros pueblos, sobre todo en zonas como la Jara, la Sierra de San Vicente y la Campana de Oropesa, están perdiendo población de forma vertiginosa. Si a esto unimos que la ciudad cabecera, Talavera de la Reina, también la pierde, debemos advertir de un cierto pesimismo, de una preocupación por intuir el devenir de nuestros pueblos. No creo que nadie piense que sin población habrá futuro, que lo habrá con una población envejecida. Un pueblo pobre en gente difícilmente podrá atraer recursos, inversiones o potenciales visitantes, a los que poco o nada podrá exponer.
Cuando estudiábamos, nos enseñaban que un lugar lo componen su gente, su territorio y su gobierno. Así pues, por y con coherencia, todos los gobiernos (local, provincial, regional, estatal y, si me apuran, europeo) deben tomar conciencia del problema a medio plazo, enfrentarlo y buscar soluciones. En mi opinión, éstas podrían ser algunas líneas de actuación:
- Discriminar las ayudas. No tiene sentido repartirlas en igualdad de condiciones a municipios de la Sagra, zona industrial de la provincia, que a los de otras zonas.
- Elaboración de un diagnóstico de las zonas para actuar a medio plazo, ejecutando proyectos reales que asienten población. En turismo, valorar el etnográfico, natural, astronómico, fotográfico, cultural… En agricultura y ganadería: potenciar los productos con vistas a su comercialización, con creaciones de marca; igualmente, facilitar el sello sanitario. En cultura: catalogar y potenciar el patrimonio, recuperar tradiciones y apostar por actividades culturales al aire libre, sean de música, cine o fotografía. Respecto a industria y energía: potenciar las energías renovables y crear industria asociada al territorio. En medioambiente y deporte de naturaleza: fomentar los caminos naturales y las vías pecuarias para el ocio y el deporte, recuperar el cauce de los ríos y crear espacios de deporte de aventura.
- Crear una red de comunicaciones que una Ávila, Cáceres, Toledo y Ciudad Real (desde Navalmoral de la Mata a Ciudad Real).
- Las administraciones deben desarrollar programas de comunicación (tv, radio, internet, canales de turismo).
- Deberían ponerse en marcha campañas de consumo de proximidad, ya que hay grandes productos que la generalidad de la población no conoce.
Para que un pueblo herido tome el camino contrario a la muerte, la responsabilidad de todos es dinamizarlo. Espero contar con vosotros; conmigo, desde luego, contad.
