Atendo, el servicio de Renfe (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) de atención y asistencia a personas con discapacidad o movilidad reducida ya está implantado en la estación de tren de Talavera de la Reina. Aunque según fuentes ferroviarias estaba “solicitado desde enero de 2016 pero paralizado por problemas técnicos”, no ha sido hasta el pasado mes de octubre cuando esta indispensable ayuda para las personas que usan sillas de ruedas está en pleno funcionamiento. Cualquier usuario sólo tiene que comunicar su necesidad de uso con mínimo de 12 horas de antelación para que en el apeadero de la Ciudad de la Cerámica haya una persona que le preste asistencia para subir o bajar del tren.
El logro lo ha abanderado una talaverana, Gloria Gómez, quien al programar este verano un viaje a Sevilla, tuvo que afrontar un periplo entre surrealista e indignante que terminó con la pertinente denuncia, que a buen seguro ha tenido mucho que ver para que Atendo atienda su justa reivindicación. En este sentido, también cabe valorar la mediación realizada desde el Ayuntamiento de Talavera tras conocer de voz de la protagonista la afrenta sufrida, ya que el alcalde, Jaime Ramos, puso en conocimiento de la delegación del Gobierno, que encabeza el talaverano José Julián Gregorio, esta carencia de la ciudad. Gregorio trasladó entonces al Secretario de Estado de Infraestructuras esta reivindicación, a su juicio “necesaria”, y entre unas cosas y otras se subsanó esta deficiencia del servicio ferroviario en Talavera con bastante celeridad.
La loca ida
La primera desagradable sorpresa a la que tuvo que enfrentarse Gloria Gómez cuando decidió viajar con autonomía a Sevilla fue que no había servicio Atendo en Talavera. Sí en Oropesa, por ejemplo, con una población de 2.000 habitantes, pero no en la Ciudad de la Cerámica con más de 85.000.
La segunda fue que la accesibilidad de los trenes en España dista mucho de rozar el cien por cien –en el trayecto Talavera-Madrid se cuentan con los dedos de una mano- y “no siempre llega a la estación el que está programado como adaptado”. Según el relato de Gloria Gómez, “en Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) me dijeron que ellos publican los trenes que son accesibles y sus horarios, pero Renfe decide qué trenes salen”, por lo que ya quedaba supeditado y quimérico el horario de salida del tren adaptado y el del trasbordo en Atocha para coger el AVE, pese a que en las grandes estaciones no hay problema y en la alta velocidad menos, hay accesibilidad en los convoyes y hay ‘Atendo’.
“El problema radica en que si no hay Atendo y accesibilidad en origen no puede haberlo en destino, por lo que me sugirieron que una vez estuviera en el tren llamase a Atocha para comunicar mi situación. Para llorar. Afortunadamente –prosigue Gómez- el interventor del tren, lo que antes conocíamos como revisor, me dijo que no me preocupara que él se encargaba personalmente de tramitarme la gestión llamando a Madrid, como así hizo para solucionarlo”.
El que se fue a Sevilla…
Tras disfrutar de sus días de asueto la talaverana Gloria Gómez se dispone a retornar a la Ciudad de la Cerámica. Tras haber solventado todas las trabas de la ida, qué podía salir mal ahora. Pues de nada sirvió lo ocurrido en la ida porque como el dicho ‘quien se fue a Sevilla perdió su silla’, Gloria tuvo otra vez que luchar contra la norma que dice que si en la estación de Talavera de la Reina no hay asistencia a minusválidos en Madrid no va a poder montar al tren aunque ahí sí la haya. Nuevamente el interventor, esta vez el del AVE, gestionó la solicitud de la indignada pasajera que sólo tuvo que ocuparse de que sus familiares estuvieran en la estación de la Ciudad de la Cerámica cuando el tren llegase, y de firmar un papel en el que Renfe quedaba eximida de cualquier responsabilidad y ante cualquier percance que acaeciera al bajar del vagón en Talavera.
La denuncia tras la odisea
Con todos estos avatares recientes Gloria Gómez, confesa luchadora que rehúye del “asociacionismo lastimero”, emprendió una cruzada en solitario de la que nadie le ha detenido desde entonces. A su pertinente denuncia remitida a Renfe y a su audiencia en el consistorio talaverano le siguió una recogida de firmas -“de las buenas no las de change.org que no tienen validez alguna”- que inició con bríos en la Escuela Oficial de Idiomas, donde estudia, y con el propósito de llegar “hasta la Defensora del Pueblo o donde haga falta. No me voy a callar porque me parece injusto y necesario”.
Durante la elaboración de este reportaje y contrastando informaciones es cuando conocimos que Atendo ya está implantado desde el mes de octubre en Talavera. “Podrían haber tenido la sensibilidad de contestar a mi denuncia o comunicarme que Atendo ya estaba operativo en mi ciudad. Bueno tengo 700 firmas de otras tantas personas que tienen esa sensibilidad de la que adolecen este tipo de entes públicos. Me doy por satisfecha. Ya estoy preparando el próximo viaje en tren. Iré a Montpellier, allí no hay problema, eso ya es Europa”.
Por último, Gloria Gómez quiere hacer constar el exquisito trato y denuedo de todos los trabajadores de la estación de ferrocarril de Talavera: “se portaron muy bien conmigo y no escatimaron esfuerzos a la hora de intentar resolver todas mis necesidades para que pudiera viajar. Gracias a todos ellos”.