Parece que algo se mueve estos días en esta interminable calma chicha que Talavera sufre y en la que dormita desde hace ya casi una década. Comienzan a entreabrir los ojos y amagar un leve intento de desperezarse algunos miembros principales de esta sociedad civil talaverana al mismo tiempo que empiezan a sentir en sus propias carnes las desagradables consecuencias de tanto tiempo de inmovilismo e inactividad.
¡Si! la sociedad talaverana en general y no solo su ‘gente principal’ ha estado demasiado tiempo callada y haciendo callar. Demasiado tiempo esperando a un Godot del que lo único que se esperaba era la promesa de esperar. Demasiado tiempo ignorando y dando la espalda a los pocos que en esta ciudad y durante todo este tiempo osaban turbar su indolencia y su sueño colectivo, recordando, como moscas cojoneras, que para moverse… ¡Hay que remar!
Y ahora, abiertos los ojos y enfrentados a la realidad vienen la precipitación, las prisas, los llamamientos a la movilización y a la unidad. ¡Todos a una! ¡Talavera se muere! ¡Hay que reaccionar! … Y uno, que nunca pierde la esperanza, se pregunta, ¿será esta vez la buena? ¿Será la de verdad? Y en ello estamos cuando escuchamos al talaverano principal, alcalde de la ciudad, que son los otros, los demás, las otras Administraciones las que se “tienen que poner las pilas” para sacar del pozo a nuestra ciudad. Y como coro de plañideras y la misma letanía de siempre, escuchamos lo de siempre a los de siempre… ¡Que no nos quieren, que nos tienen envidia y nos marginan, que si Toledo, que si Ciudad Real, que si… ¡Y así, descubrimos que los del ¡Todos a una! lo que realmente quieren decir es ¡todos conmigo y a lo mío! Y el ¡Talavera tiene que reaccionar para salvarse! de nuestros ‘nuevos’ salvadores de siempre, realmente significa ¡tenéis que reaccionar para salvarme! Nada nuevo que no les hayamos oído ya.
Finalmente y como antes ya he apuntado, uno nunca pierde ni la ilusión ni la esperanza de vivir y ver como Talavera supera la situación actual y recuperamos la actividad y el dinamismo que nunca debimos perder. Para ello, creo sinceramente que es imprescindible y urgente un cambio de actitud del conjunto de la sociedad talaverana. La ciudad es compromiso de todas y de todos y precisa como tal de una ciudadanía mucho más activa, comprometida y participativa. Reforzar con nuestra participación todo nuestro tejido asociativo (vecinal, sindical, empresarial, sectorial) Superar de una vez por todas ese victimismo y servilismo talaveranista con el que algunos parecen buscar el dar pena como solución a nuestros problemas y ser mucho más activos y exigentes con el resto de Administraciones para recuperar el respeto y la dignidad que hace tiempo nos perdieron. ¡Si! ¡Es cierto! Talavera está hoy al borde del abismo… Pero de nosotros depende el dar un paso al frente ¡pero dándonos la vuelta y cambiando de dirección para alejarnos de él!
