Hacía muchas lunas que en el salón de plenos de la Ciudad de la Cerámica no se daba un baile de concejales como el que está cristalizando en esta revuelta legislatura. El primer grupo en romperse fue el de Ganemos, que -como fruto de sus discordias internas- nacieron los dos primeros adscritos de la legislatura. Ahora parece que llevarán este maillot los dos ediles de Ciudadanos, tras ser expulsados de su partido por recogerlos Jaime Ramos en su equipo de Gobierno.
Claro que unos y otros tienen perspectivas distintas, entre otras cosas porque –aunque se elimine la asignación del grupo de C’s porque ya no existe- los dos concejales de la ya extinta formación naranja –Bermejo y Palacios- cobrarán como integrantes del gabinete Ramos.
La decisión que ha tomado Ciudadanos de expulsar a sus dos ediles les convierte en tránsfugas por el momento y les acerca más a que militen en el Partido Popular. Tiempo al tiempo.
En el Grupo Municipal Socialista también se ha producido cambio en la alineación inicial. Han dejado su escaño Montserrat Muro y Raquel Vetas –que se han marchado al gabinete de la nueva consejera de Fomento, Tita García Elez- y retornan a la Plaza del Pan el veterano Carlos Gil y Miguel Perantón, que pueden dotar de experiencia a la formación.
Gil y Perantón ya tuvieron responsabilidades de gobierno en el gabinete Rivas. El primero ya está jubilado de su profesión y puede echar más tiempo al asunto y el segundo puede aprovechar este altar para volver a intentar conquistar, en el seno de partido, las cotas de poder que tuvo cuando era el mejor lugarteniente de Camacho.
Las maniobras de Podemos
No ha sentado nada bien en el seno de Podemos que el Gobierno regional mantenga encuentros con los distintos colectivos para explicar el por qué no se aprobaron los Presupuestos de 2017 en las Cortes y las consecuencias que acarrea el no de la formación morada. Tanto es así, que el secretario regional de Podemos, José García Molina, ha contraatacado poniendo sobre la mesa la reunión de la Comisión del incendio del vertedero de Seseña, su posible petición de ayuda a Europa sino se realiza esta reunión y la creación de un gobierno en la sombra para vigilar el trabajo de las diferentes consejerías del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Lo del gobierno en la sombra no es nada útil. En Talavera de la Reina, por ejemplo, ya se dio uno en los dos primero años de la legislatura que se inició en 1987. El PSOE le creó para intimidar el Gobierno del tripartito PP-CDS-IU, pero el resultado fue nulo. Los socialistas recuperaron el poder cuando se interpuso la moción de censura que descabalgó al entonces alcalde Luis Antonio González Madrid e hizo a Javier Corrochano presidente de la corporación municipal.
De todas formas, el acuerdo PSOE-Podemos no se hará mucho esperar, pues los líderes de ambas formaciones no se cansan de repetir que tienen la mano tendida para llegar a una entente. De todas formas, Podemos está a lo suyo: a su guerra interna. García Molina no se fía ni de la camisa que lleva puesta y eso que es el candidato del aparato nacional cara a los comicios que se celebrarán -este mes de mayo- para dirigir el partido en Castilla-La Mancha.
Las demás corrientes que existen en el partido –tal y como ponen de manifiesto David Llorente y Fernando Barredo- van a por todas. Llorente, compañero de escaño de Molina, ya ha declarado la guerra y quiere el puesto de secretario regional. Por cierto, García Molina ya ha dicho que aunque pierda su condición de líder regional no abandonará su escaño en el Parlamento.
La guerra interna en Podemos ha hecho que algunos militantes, de una forma sorprendente, culpen a los medios de comunicación del desaguisado que viven en la formación. No creo que se tenga queja en Podemos del trato que se les da en los medios regionales, provinciales y locales. A nivel nacional es otra cosa.
Por cierto, que el creador del ‘Tramabus’ es el toledano Rubén Juste, asesor del grupo parlamentario de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados, que ha dicho que dicho autobús también puede deambular por nuestra región.
Los últimos coletazos de Tizón
En la antesala de sus congresos provinciales, el PP parece que no da con la tecla de hacer valer su oposición al Gobierno regional. Esta semana, han achacado al presidente Emiliano García-Page que quiere apropiarse de proyectos que diseñó María Dolores de Cospedal. Algo que no se entiende, pues la propia Cospedal inauguró algunos centros de salud que fueron edificados por el gobierno de José María Barreda.
También el PP toledano ha salido a la palestra después de que se vendiera la ganadería de reses bravas que compró Arturo García-Tizón en la anterior legislatura. Y lo ha hecho tratando de dejar como embustero al actual Gobierno de la Diputación. El PSOE ha repondido, pero no hay que olvidar que la gestión de Tizón está en los tribunales y esto darán y quitarán razones. La maniobra popular puede representar los últimos coletazos de un Tizón al que se le ha acabado su tiempo político en la provincia y también en la región.