Reportaje gráfico: Sergio Cardiel del Pino

Los novilleros Aarón Rodríguez y Tomás Rufo demostraron su buen momento de forma en la novillada sin picadores celebrada este lunes en el marco de las fiestas patronales de la localidad serrana de Mejorada en honor al Santísimo Cristo de la Tabla.

Plaza de toros prácticamente llena, con alrededor de 2.000 espectadores, y muchos aficionados llegados de los municipios de estas dos figuras en ciernes del toreo, Pepino y La Pueblanueva. Y cuatro astados de la ganadería Dehesa de Valhondillo, bien presentados aunque algo chicos, pero con mucho peligro, sobre todos los dos primeros.
Tomás Rufo sintió ese peligro muy cerca nada más empezar la novillada y puso el corazón en un puño a los aficionados que abarrotaban los tendidos. Derrote tras derrote el pepinero no pudo acoplarse para lucir su sobrio y académico toreo de muleta como a él le hubiese gustado. Novillo sin fijeza en el paño, distraído y con ganas de arremeter en todo momento. La presidencia premió con una oreja el empeño y pundonor entregado por Rufo que sacó buenos muletazos a cuentagotas.

No mucho mejor, aunque algo sí, le fue al poblano Aarón Rodríguez con su primero. Otro resabiado poco válido para la faena con el que Aarón se afanó por llevarle por la cuerda que dibujaba la tela. A pesar del mal compañero de viaje el de La Pueblanueva dejó pinceladas del buen momento de forma por el que atraviesa y fue premiado también con una oreja.

Sin ser nada del otro mundo los segundos novillos de ambos lotes fueron mejores. Tomás Rufo se gustó ante un astado dulce al que el pepinero entendió a la perfección, también sobreponiéndose a sus carencias para cuajar una faena brillante en la que cortó las dos orejas y el rabo ante la insistencia de la afición.

Algo más difícil lo tuvo Aarón Rodríguez con su segundo, empero igualmente supo sacarle partido y jugo enganchando alguna buena tanda de muletazos en una faena más que aseada a la que le afeó la espada, pero el público quiso que el de La Pueblanueva redondeará la tarde por lo que le fue concedido un apéndice de este morlaco.
