Por Ángel Felpeto, Consejero de Educación, Cultura y Deportes
Vivimos momentos difíciles, y no solo en nuestro país,- respecto al rumbo que debe tomar la educación. En España de manera singular porque son ya demasiados años los que han pasado sin que encontremos una legislación educativa en la que una inmensa mayoría estemos de acuerdo.
Diseñar un proyecto educativo es una condición necesaria para construir el presente y una premisa básica para alcanzar el mañana. Cuanto más tardemos, más oportunidades estamos restando a distintas generaciones. No falta quien describe nuestro presente como un tiempo en que se extiende la falta de confianza, el escepticismo, la desmotivación y el rechazo a los discursos que sostienen la esperanza en el porvenir. Sin embargo, la esperanza y la confianza están en nuestra esencia como seres humanos y, consecuentemente, son los cimientos desde los que debemos levantar la educación.
Pensamos en una educación que permita dar respuesta a las demandas del presente y provea de los instrumentos necesarios para afrontar el futuro. Y ese es un modelo que no pasa por sustituir posturas contrarias, por contrarrestar modelos de pensamiento, por suplir supuestos errores a cambio de pretendidas verdades; más bien debemos integrar opuestos. La educación convierte la confrontación en dialéctica. El punto de partida no consiste tanto en refutar como en armonizar posturas, en aunar opiniones. Todos coincidimos es que el sentido crítico es otra de las posturas que debe fundamentar la educación.
El Gobierno de Castilla-La Mancha quiere aprovechar el comienzo del curso 2017-2018 para seguir avanzando en ese camino educativo que debe recorrerse con la esperanza en que, al final del mismo, nos aguarden la integración y cohesión sociales, las oportunidades laborales, la satisfacción de las expectativas y, en suma, el progreso, entendido como aquello que nos amplía las posibilidades de que todos concretemos nuestra idea de felicidad. Es necesario que todos coincidamos en el punto de partida, en la dirección y el sentido de nuestro rumbo, porque el nuestro es un trabajo en equipo, cooperativo, participativo, dado que la participación es la base metodológica y el eje trasversal desde el que se conforma y se desarrolla el proyecto educativo de Castilla-La Mancha.
Contamos, en definitiva, con todos, en este comienzo de curso en que queremos poner el acento en el ámbito de las infraestructuras, en la mejora de las condiciones laborales del profesorado y en el que queremos seguir ahondando en la idea misma de participación, convencidos de que esa es la vía por la que profundizar no solo en la calidad educativa, sino también en la calidad democrática. A pesar de todas las dificultades quiero expresar en este primer día de curso confianza en el futuro: no concibo que nadie quiera poner dificultades, quiero tener la seguridad de que estamos en UN TIEMPO NUEVO en el que todos sabremos renunciar a algo para encontrar un camino de futuro.
Quiero pensar que a todos satisface que la educación en Castilla-La Mancha haya recuperado el signo distintivo de la importancia del factor humano. Solo con ese componente como base, es posible concebir la mejor educación. A 10 de septiembre de 2017, la plantilla de docentes de Castilla-La Mancha es superior en mil quinientas personas con respecto a la de la legislatura anterior. La recuperación de los derechos sociales tiene que tener, necesariamente, rostro humano, y eso es lo que nos ha impulsado a adoptar la medida que permitirá que los docentes interinos de Educación Primaria y Enseñanzas Medias, adjudicados con fecha 1 de septiembre de 2017 prorroguen sus contratos durante los meses de julio y agosto de 2018. Y, de acuerdo con ese mismo compromiso, que nos lleva a poner el acento en el profesorado como factor de calidad de la educación, esperamos convocar, para el próximo año, una a oferta de empleo público docente en Enseñanzas Medias, con el fin ir reduciendo la tasa de interinidad a un máximo del 8%. Y al mismo tiempo quiero reconocer que cualquier avance o mejora es un logro colectivo porque sin la colaboración y el esfuerzo de toda la comunidad educativa no sería posible.
La estabilidad y las mejoras cuantitativas y cualitativas del colectivo docente son, en definitiva, un indicador básico de calidad de la educación. Sin embargo, a la calidad, debemos sumarle el componente ineludible, inaplazable e insustituible de la igualdad. Y la igualdad, en materia de educación, comienza con la adopción de aquellas iniciativas que permiten el ejercicio de este derecho fundamental, en las mismas condiciones, para todo el alumnado. En cumplimiento de esa pauta, en los inicios de este curso, contamos con cinco nuevos centros, trece nuevos comedores escolares (para un total de trescientos setenta y cuatro, que podrán dar servicio a cerca de veintisiete mil alumnos y alumnas). En la misma línea, se concederán más de once mil trescientas ayudas de comedor para familias en situación económica desfavorecida, una cantidad que incrementa en más de mil las subvenciones en este concepto con respecto al periodo lectivo pasado. Del mismo modo, este curso logramos que el total de ayudas concedidas para la adquisición de libros de texto y otros materiales curriculares ascienda por encima de las sesenta y cuatro mil, que son nada menos que nueve mil más que en el periodo lectivo pasado, entre las que se cuentan ochocientas más en educación especial. Completamos el círculo del servicio educativo con más de mil rutas de transporte escolar habilitadas para más de veintitrés mil usuarios.
No perdemos de vista que la nuestra debe ser una educación en y para la sociedad de la información, por lo que debemos avanzar hacia soluciones tecnológicas como la que vamos a empezar a estudiar en el curso que ahora se inicia, en que iniciaremos un pilotaje para el uso de las tecnologías en el aula como materiales curriculares.
Somos conscientes, del mismo modo, de que la escuela es una entidad de socialización que debe mediar entre la familia y la incorporación a la vida activa. Por ello, prestamos una atención especial al vínculo existente entre educación y empleo. Queremos que ese vínculo quede trabado, especialmente, con nuestro III Plan de Formación Profesional. En ese Plan, podrá encontrarse una nueva oferta formativa y un nuevo mapa de centros, que representará un nuevo compromiso con la educación de calidad. Paralelamente, se incluirá una nueva modalidad de FP Específica dirigida a alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales, lo que constituirá una nueva apuesta por la igualdad en la educación. En todo caso, nuestra empeño decidido por la Formación Profesional queda subrayada por los más de treinta y nueve mil alumnos y alumnas que cursan alguno de los ochocientos treinta ciclos que ofertamos, entre los que hay que contar veintidós nuevos en la modalidad presencial y otros cinco de la modalidad e-learning.
Ahora bien, la educación debe ser integral, funcional y apta para potenciar la creatividad, por lo que en este curso, ofertamos, también el nuevo bachillerato de Artes del itinerario de Artes Escénicas, Música y Danza en la vía de Música. Y tal y como nos comprometimos con los Directores y Directoras de estos centros, en este curso que comienza trabajaremos con los Conservatorios, Escuelas de Arte, Escuelas de Idiomas y Centros de Educación de Personas Adultas en la ordenación de la oferta, diseño de plantillas y normativa de organización y funcionamiento de estos centros. También con nuestras Escuelas Infantiles.
Y, si la educación debe ser una puerta abierta a la inserción social, ha de incluir, necesariamente, las claves que permiten franquear el acceso a otras culturas. La primera de esas claves es, sin duda, el conocimiento de lenguas extrajeras, que hemos querido regular con un Decreto publicado hace escasas fechas. Comenzamos este curso con casi quinientos treinta centros bilingües que cuentan con más de seiscientos programas. Todos ellos forman parte de un proyecto de formación en lenguas al que se suman los más de trescientos centros que incluidos en los proyectos Erasmus +.
En definitiva, seguimos pensando que, en la mejora del presente y en la conquista del futuro, no hay tiempo que perder. Por ello, queremos anticiparnos, abogando por la prospección más que por la corrección. Es ese posicionamiento el que nos ha hecho detectar la escasa incidencia positiva de las pruebas extraordinarias de septiembre, por lo que este año también vamos a emprender un pilotaje que nos haga extraer conclusiones productivas acerca de la conveniencia de adelantar esas pruebas a junio en un marco de evaluación continua.
Por lo demás, la formación permanente del profesorado, la atención a la diversidad del alumnado, la lucha contra el abandono escolar y la educación en valores, siguen siendo puntales básicos de nuestro proyecto. Y es precisamente en este ámbito en el que queremos dar un nuevo paso con la implantación experimental de la asignatura de Educación para la Igualdad, la Tolerancia y la Diversidad en catorce centros de nuestra región.
Esta es, en definitiva, nuestra propuesta, donde está recogido el mayor número de voces e intereses. Sin excluir a nadie.
En este tiempo nuevo que debe asentarse en la esperanza y confianza en el futuro, seguiremos trabajando a escala nacional, con la finalidad de alcanzar un pacto que dé la estabilidad a nuestro sistema educativo. Para ello invito a todos a realizar sus aportaciones a través de los órganos de participación de la comunidad educativa, de los consejos escolares de centro y de localidad, mesa sectorial, AMPAS, asociaciones de alumnos. Esas aportaciones serán canalizadas y coordinadas en las comisiones creadas en el Consejo Escolar Regional.
Educar en un tiempo nuevo confiando y agradeciendo de antemano la colaboración de toda la comunidad educativa.