Hablaba en la ocasión anterior de mi disgusto con la radio deportiva (¿) que se hace en España. Para empezar lo de “radio deportiva” es una calificación que se dan a sí mismos sin ni pies ni cabeza y es que reducir todo el deporte al fútbol, en mucha menor medida al baloncesto y muy esporádicamente a algo de tenis, temporalmente al ciclismo, restos de atletismo y para de contar, resulta de un optimismo enfermizo.
Sin pretensión de adivino o gran experto sí quiero dejar constancia que yo, que escuché bastante a José María García, predije su hundimiento y su caída mucho antes de que se produjera y es que el Butano cada día se parecía más a sus imitadores, cada vez era más una caricatura de sí mismo y aunque su producto periodístico tal vez no perdió calidad sí lo hizo la forma en que lo presentaba al público que dejó de verle como un periodista y cada vez le percibía más como un elemento de diversión. Me refiero claro está a los tiempos anteriores a que García enfermase.
Actualmente tampoco escucho emisoras musicales y es que las radiofórmulas sí mataron a la estrella de la radio como cantaron hace tiempo Buggles . Bueno, para mí más que matarla la asesinaron la aplastaron, la degollaron, la eliminaron, la aniquilaron.
Busco en el dial tertulias políticas de nivel nacional y ese tipo de rollos, seguramente debe tratarse de la edad. Creo bastante en ciertas emisoras locales, pequeñas y en cierto modo audaces que de una forma u otra mantienen viva la inmediatez y la frescura de este medio de comunicación. Cualquier cosa es mejor que escuchar una voz cascada y temblorosa como la de Pepe Domingo Castaño en su programa tan nefasto. Por cierto que en el “Tiempo de juego” colabora un exfutbolista, Poli Rincón, que nació el mismo día y el mismo año que yo lo que nos debe dar algún tipo de nexo, con esa supuesta familiaridad, me siento con la potestad de asegurar que Rincón sería un buen futbolista, pero como comentarista es de tercera regional. O más bajo.
