La mujer que degolló a su bebé de tres meses en el cementerio de La Villa de Don Fadrique en 2015 deberá de cumplir seis años de cárcel, una pena que ha sido impuesta por la Audiencia Provincial de Toledo.
La sentencia ha sido dictada en conformidad después de que la mujer haya reconocido los hechos y aceptado la condena, por lo que no fue ni siquiera necesario convocar al jurado popular que iba a hacerse cargo del juicio.
La mujer ha recibido tratamiento y ha conseguido dejar atrás el trastorno que padecía entonces, encontrándose en prisión en la actualidad cumpliendo condena.
Fue en el mes de agosto de 2015 cuando esta mujer fue detenida y acusada de acabar con la vida de su bebé en el cementerio de La Villa de Don Fadrique.
Los jueces consideran a la mujer culpable de un delito de asesinato, teniendo en cuenta una eximente incompleta de alteración psíquica, pues en ese momento presentaba “una alteración parcial de sus facultades cognoscitivas y volitivas” por la psicosis puerperal agravada que padecía desde el momento del parto.
Ideaciones delirantes
Según la sentencia –que ha sido hecha pública por la Cadena Ser– la mujer comenzó a padecer episodios de ideaciones delirantes de temática místico-religiosa, “con referencias constantes a Satán, la Biblia y similares”, fruto de una depresión posparto agravada.
Tras varios ingresos, una noche cogió a su bebé, se lo llevó al cementerio de esta población y lo degolló en el altar de la capilla, un propósito que era “incapaz de controlar”. La acusada cometió el crimen al grito de “¡Satan ven a por mí!” e impulsada por la psicosis puerperal que padecía tras haber dado a luz.
Al parecer, la mujer comenzó a padecer episodios de ideaciones delirantes de temática místico-religiosa, “con referencias constantes a Satán, la Biblia y similares”, fruto de una depresión posparto agravada. Tras varios ingresos, una noche cogió a su bebé, se lo llevó al cementerio de La Villa de Don Fadrique, degollándole en el altar de la capilla
Fue detenida poco después en la iglesia de la localidad gritando expresiones como “¡Satán, Satán, ven a por mí”, estando “privada de sus facultades por el brote psicótico padecido”, según dictamina la sentencia.