viernes, 22 noviembre 2024
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España, país irresponsable o de irresponsables

España es un país irresponsable, bueno, más bien, España es un país de irresponsables. Que no sé qué queda peor.

Aquí sucede algo y nadie es responsable de nada, nadie sabía nada, y siempre eso era tarea del de al lado. Normal, pues siempre y cuando se pueda escurrir el bulto y echar la culpa al vecino, se hace. Es algo tan humano, y en este país somos tan humanos….

Lo que ha sucedido en la AP-6 es un ejemplo perfecto de nuestra irresponsabilidad sistémica.  

Por un lado, el Ministerio de Fomento no sabe, no contesta.  Es más, ellos pasaban por allí….al parecer con dar la concesión de las autopistas de peaje a una empresa particular, ellos se lavan las manos de cualquier cosa que pueda pasar allí. La función de supervisión y de control que ha de ejercer el Ministerio en una concesión de estas características está en los contratos para no cumplirla.  Es más fácil echar la culpa a los conductores y con la boca pequeña a la empresa, no vaya a ser que se me cierre alguna puerta giratoria para mi o para alguno de mis muchos cuñados. 

Por otra parte, la empresa adjudicataria de la explotación económica de la autopista dice que ellos han cumplido escrupulosamente con el contrato suscrito. Y a ello se atienen. Y quizá tengan razón…porque se saben en posesión de un monopolio indecente sin competencia. Esos dueños, que seguro dicen ser defensores a ultranza del libre mercado (siempre y cuando no afecte a su monopolio). Con eso tienen suficiente, y los miles de usuarios allí tirados les importan una…. porque en el próximo viaje tendrán que usar su autopista quieran o no quieran. Tampoco son responsables de nada, claro….

Y por último, los propios conductores. Del mismo modo que al cruzar un paso de cebra, es conveniente mirar por si algún descerebrado se lo salta a toda velocidad, pues una vez atropellado casi que da igual quien era el culpable; lo mismo sucede con algunos de los casos de gente que hemos visto tirados en la carretera con la excusa tan prescolar de que es que a mi nadie me dijo nada. Si vivimos en la era de internet, donde en cada coche al menos hay una persona con un teléfono con toda la información del mundo en una pequeña pantalla. Pero resulta mucho más fácil echar las culpas de nuestras imprudencias a terceros y no asumir que nos hemos equivocado.

En fin, que resulta más que evidente que todo esto volverá a suceder con escasos matices. Y si encima sumamos el coro de políticos que intentan aprovechar la cagada de otros, el panorama es muy desalentador.

Habría que cambiar tantas cosas para que esto no vuelva a suceder…

En primer lugar, el sistema de concesiones de servicios públicos a empresas privadas. Resulta absolutamente imprescindible establecer unas condiciones de responsabilidad por cada una de las partes, de modo que ante cualquier eventualidad haya gente responsable de que las cosas funcionen, y gente responsable de que se controle que se han tomado las medidas adecuadas. Eso suena a país serio, y no como aquí, que lo guay es privatizar un servicio público a un colega, que coloca a mis amiguetes y familiares, y además deja un 3% al partido para financiar campañas y otras cosas menos publicitables, y como nadie sabe nada, cuando pasa algo, la culpa es del primer ‘pringaillo’ al que le colgamos el marrón… Así funcionan las cosas, y luego nos echamos las manos a la cabeza cuando pasan las cosas que pasan.

En segundo lugar, hay un aspecto en todo esto que me resulta terriblemente doloroso. Veamos, si a mi me tienen que rescatar en la montaña, o tengo un accidente deportivo, he de tener contratado un seguro que me cubra esas eventualidades, e incluso la atención médica derivada de las mismas (otro día comentamos si esto es razonable, pero las cosas a fecha de hoy funcionan así). Entonces, ¿por qué no se le pasa una factura a la empresa de la AP-6 por haber tenido que enviar a la UME?. A tanto el soldado por equis número de horas, más a tanto la quitanieves por número de horas….hacen un total de…. “¡Uy!, quita, quita… que si tienen que pagar eso, lo mismo tienen que despedir al inútil del primo de mi marido”.

En tercer lugar, la mentalidad del denominado empresario español, que en general tiene de todo menos de empresario, es paradigmática de lo que se ha dado en llamar capitalismo de amiguetes. Todos son tan liberales, defensores del libre mercado, creyentes fieles del mantra de la competencia…. Eso sí, hasta que afecta a sus propios negocios que no se sostienen sin una mano amiga. Conseguir manos amigas es caro, y eso reduce la calidad del servicio. Por eso han de confiar en la eliminación de la competencia (por el medio que sea) como único medio para alcanzar el éxito económico.

Y ya por último, a ver si de una maldita vez maduramos como sociedad. Está muy bien que exijamos a los poderes públicos y a las empresas privadas que cumplan con sus obligaciones. Cuánto mas frecuente y más fuerte lo hagamos, mejor funcionarán las cosas. Pero, a ver si conseguimos salir de ese sueño estúpido en el que algunos nos quieren sumir, y empezamos a darnos cuenta de que las cosas no van a cambiar ni no empezamos a cambiar nosotros. Aunque desde infinidad de sitios se nos diga que no existen los problemas porque hay gente que nos los va a resolver, es MENTIRA. Los problemas han existido, existen y existirán, y cada uno de nosotros formamos parte de la solución. Nadie va a venir a arreglarnos nuestras numerosas y frecuentes insensateces, como es salir de viaje a última hora de la tarde por la provincia de Ávila en medio de un temporal de nieve sin cadenas, con el depósito del coche casi vacío, con el móvil sin apenas batería y con un par de bebés en los asientos de atrás…

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