Hace unas semanas el presidente francés Macron, anunció que va a volver a restablecer el servicio militar en Francia. Como no podía ser de otra manera los ecos del país vecino han llegado a España y se ha abierto un debate sobre la idoneidad de volver a hacer obligatoria la mili en nuestro país.
Cada uno de los que hemos servido en el ejército español tenemos una opinión diferente sobre nuestro paso por él. Personalmente estuve nueve meses en 1997 en la Marina Española, concretamente en el servicio de Sanidad Naval del Portaaeronaves Príncipe de Asturias y lo único que puedo contar de mi experiencia es que fue uno de los mejores momentos de mi vida. En el Cuartel de San Fernando conocí a tres de las personas de las que veintiún años después son mis mejores amigos, casi hermanos, Manolito de Dos Hermanas, Andrés de Barcelona y querido Paco de Algeciras. Los cuatro vivimos momentos inolvidables, risas y llantos.
En el Servicio Militar conocí pastores gallegos que apenas hablaban castellano, pescadores de Barbate con un corazón tan grande como el mar, pocos licenciados, muchos compañeros de clase media y chicos de las sierras de Aracena o de las montañas de Asturias a los que ayudé con mucho gusto a aprender a escribir. Muchachos que si no hubieran salido ese año de sus aldeas y pueblos nunca hubieran conocido mundo, otras culturas y otros compatriotas.
Algunos, los menos lo pasaban mal. Principalmente porque echaban de menos a sus novias o porque pensaban que era un año perdido. Unos y otros convivimos enriqueciéndonos de lo que cada cual aportaba.
Es prácticamente imposible que como dijo el Secretario de Estado, Agustín Conde, la mili se restaure en España. Hay varios motivos, el primero por falta de presupuesto, el segundo porque vivimos en el único país del mundo donde parte de su población y algún partido político odia a su propia tierra y tercero porque la dispersión política imposibilita llegara un acuerdo.
En mi humilde opinión, creo que todos los españoles, hombre y mujeres deberíamos pasar un corto espacio de tiempo, tal vez un mes en lo que se llamaba el “campamento”. Un lugar donde se aprenda la historia común de todos los españoles, el amor a la patria, valores cívicos y sociales, disciplina, convivencia y compañerismo, cosas estas de las que estamos tan faltos.
La historia es cíclica y países tan democráticos como Francia, o pacifistas como Noruega han vuelto a restaurar ese servicio. Como siempre, respetando todas las opiniones, lo que guardaré en mi corazón será el aroma a sal en los atardeceres dorados del Mediterráneo, mientras los compañeros nos sentábamos en la proa del barco mirando el azul infinito del mar.
Respeto su opinión, pero para aprender historia común de todos los españoles, amar a la patria (y sea chica o grande), valores cívicos y sociales, disciplina, convivencia y compañerismo, no hace falta marcharse a cumplir el servicio militar, hace falta una buena educación Sé que es una experiencia que puede marcar a muchos para bien (como usted), pero hay otras vías más adecuadas para desarrollarse como persona que la de pasar un temporada en el ejército.
España ese el único pais en que hay un partido podrido que odia a los españoles, y sinvergüenzas que usan el terrorismo y la patria hueca para excluir a los que no comulgan con ruedas de molino. Podemos no es antipatriota, señor escribidor, es antifascista, que es justo lo contrario