En los últimos días al Gobierno Municipal de Talavera le han llovido críticas, a mi modo de ver tan justificadas como innecesarias, por no informar convenientemente de sus actuaciones.
Los políticos, y no sólo en Talavera, se olvidan que han sido elegidos por el pueblo soberano y que de cualquier decisión trascendente que hagan o tomen deben dar cuenta a los medios y, por ende, a la ciudadanía, por aquello de la transparencia, un vocablo que conlleva intrínsecamente aquiescencia y comprensión. Y es que los que reciben bastón de mando están para gestionar, y acertarán o errarán en su toma de decisiones, pero el mutismo, que no silencio, deja paso a la especulación y al recelo. Y luego pasa lo que pasa.
No es lo mismo que una información diga ‘El mural del JAJE se pacta trasladarlo a Talavera Ferial’, a que se oculte y se haga a espaldas de un barrio con el que se adquirió un compromiso y que a consecuencia de ello salgan a relucir ésta y otras afrentas endémicas. Tan innecesario como torpe, políticamente hablando.
Y lo mismo ha pasado con los nidos de cigüeña en la Basílica del Prado, con la declaración institucional sobre el nazismo, la Escuela Municipal de Música de Talavera, los Multicines Cinébora o el Centro de Atención a la Familia (CAF).
Explicar y reconocer que los nidos se han quitado en mala época por el motivo que sea; que se ha frenado la declaración por defecto de forma pero que se aprobará en el mes de febrero; que la EMM tiene serios problemas y que no hay capacidad -la que sea, incluso la in- para reconducir la situación; o pactar para evitar que una importante negociación municipal salga a la luz pública en vez de airearla a través de las redes y luego echar la culpa al elucubrador, demuestran de forma elocuente que hay significativas carencias políticas y de asesoramiento en la Plaza del Pan. Y luego la culpa es del mensajero.
No me he olvidado del CAF, no. Este tema es más fuerte aún puesto que se llevó a Pleno como moción y ni en el foro donde deben darse las explicaciones demandadas por los ciudadanos se tuvo a bien informar sobre el asunto, echando balones fuera sobre un servicio que es de responsabilidad municipal y que ha tornado en sucedáneo y gracias.
Mutismo, que no silencio, que contrasta con las estridencias regionales que periódicamente se airean sabedores que algunos las publicarán y algo calarán. El PP no puede hablar una semana más de que otros restituyan la Educación, la Sanidad o los Servicios Sociales, por decencia y por credibilidad política, y debería ir pensando en trasladar a los ciudadanos sus proyectos de cara al 2019 para conseguir esas papeletas de los votantes que no miran siglas y sí programas, esos votantes que al final deciden los vencedores y perdedores en las elecciones y que no tienen un pelo de tontos ni les gusta que les tomen como tal.
