sábado, 13 enero 2024
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Cara de gilipollas

Tengo claro desde hace tiempo que desde algunos altos despachos de Toledo y Ciudad Real piensan que los de Talavera somos gilipollas. Es más: he llegado a la conclusión que deben pensar que somos algo así como los restos cejijuntos y gruñones de alguna tribu vettona/lusitana, que a quién demonios se le ocurriría meternos en los territorios de la Mancha quijotesca. El asunto de la por ahora eliminada en los papeles el Grado de Informática de Talavera es otra de esas bofetadas recurrentes —guadianescas se podría decir si el Guadiana ya no ejerciera de Guadiana desde hace varios lustros—, que nos hace pensar que somos una subespecie inferior en esta región, que vivimos en una reserva donde por no llegar no llegan ni las nieves, ni los temporales, ni las oportunidades, ni los trenes a su hora. Que somos esa esquina olvidada del jardín, donde no se riega, ni se corta la hierba, se acumulan los cachivaches inservibles, y van a dormir las lagartijas y el olvido.

Que a estas horas nos quieran birlar el prometido Grado de Informática más que una afrenta es un insulto. Pero usar el discurso de la marginación, llorar, decir que no nos quieren ya ha agotado su recorrido, porque las cosas pasan porque aquí se traga, se agacha la cabeza y se mira a lo lejos, al próximo sillón que nos toca en la carrera política con su correspondiente nómina. El tiempo pasa y las cosas siguen igual, pero eso sí: con más del doble de paro que la media nacional y por encima de la tasa regional; con un segmento de ciudadanos entre 20 y 40 años (y más) huyendo de esta ciudad sin oportunidades; y con los mismos vacíos y huecos (año tras año) en los presupuestos de todas las administraciones para Talavera. Y, por encima de todo, con la incapacidad absoluta de liderazgo y de exigencia política de quienes han colocado las urnas para dirigir (o estrellar definitivamente) el rumbo de la ciudad.

Entiendo que la Universidad (con mayúsculas) es, teóricamente, autónoma. Pero paga la Junta. La misma Junta que puede enarbolar el triste honor de que durante los cerca de 40 años de funcionamiento de la especie autonómica, Talavera de la Reina ha pasado de ser una ciudad pujante, capital de su provincia comarcal, y sólo igualada en ratio de influencia económica y comercial por Albacete, a encontrarse ya muy lejos de aquella situación, languideciendo y apartada absolutamente del devenir de Castilla-La Mancha, como un pegote artificial que no se ha sabido encajar nunca. Nos han sometido a un tercio de varas infame, y ahora nos torean de alivio, todo ello con la magnífica colaboración de los monosabios y la cuadrilla que han gobernado aquí, más atentos a su devenir y colocadero político, que a entender, querer y pelear por esta ciudad, sus gentes y el territorio que la sustenta.

La Junta puede hacer mucho más que protestar si el magnífico rector de la también magnífica Universidad de Castilla-La Mancha nos birla a última hora y tras años de espera los estudios de Informática. La Junta paga, pone en los presupuestos más que nadie, no se olvide. Y aquí, en Talavera de la Reina, hace falta seriedad y altura de miras que, como en tantas cosas, no existe. Hace falta alguien al mando, un alcalde, un equipo de gobierno de verdad, con liderazgo y visión de ciudad, y con los deberes hechos: poniendo a disposición de la universidad pública suelo y equipamientos; poniendo sobre la mesa un modelo de ciudad basado en nuevas tecnologías; sabiendo, en definitiva, qué ciudad se quiere/queremos para pelear por ella. Pero eso es ciencia ficción en esta Talavera y con los mimbres que nos gobiernan.

Fíjense ustedes sino en el asunto de la pasada semana, el de dar un colega casi 60.000 euros para que nos estudie (un decir, claro), el modelo de ciudad al que nos debemos encaminar. A estas alturas aún no sé qué es más infame: si que los presupuestos públicos estén para pagar consultoras de amigos; o que los que llevan siete años manejando a la deriva esta ciudad ahora se pongan a pensar que deben tener (externalizado como dicen, claro), un modelo de ciudad. Lo dicho: nos roban Informática, la cartera y lo que haga falta, que esto es Talavera y nos deben haber visto (los que manejan el asunto aquí y allá) cara de gilipollas.

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