Hace unos días celebrábamos el día de la mujer trabajadora. Una efeméride que recuerda la muerte de decenas de obreras en una fábrica textil. A pesar de que España está entre los países donde la igualdad entre los sexos goza de mejores datos, es cierto que aún falta mucho para desterrar algunos comportamientos que separan los derechos y obligaciones entre ambos sexos. Dicho esto quiero defender la dignidad y el respeto a lo femenino huyendo de los conceptos ‘feminazis’ que son tan nefastos como el machismo.
La desigualdad entre hombres y mujeres ha hecho que la historia olvide a muchas féminas que de haber sido hombres tendrían nombres mucho más conocidos y placas en nuestras calles. La historia de Talavera está plagada de mujeres valientes y fuertes que hicieron que el camino de nuestra ciudad fuera esplendoroso a lo largo de los siglos. Algunas son bien conocidas como Joaquina Santander, Leonor de Guzmán, María de Portugal o algunas ficticias como la Celestina.
Otras son menos nombradas, como por ejemplo Amparo Ximénez, una especie de Agustina de Aragón talaverana que socorrió a las tropas hispano británicas en la batalla de Talavera, allá por 1809. Aixa Galiana, la ‘reina mora’ de Talavera y amante del rey de la taifa Jazmín Hiaya, quienes murieron por amor apresados por las tropas castellanas que vengaron la infidelidad de Aixa. Amparo Mediavilla fue la primera mujer española que ingresó en la Universidad de Medicina y se convirtió en Doctora. Cristeta, joven romana de religión cristiana que fue martirizada por las tropas de Diocleciano. La bruja Catalina Sánchez atemorizó a la población del siglo XVI pero a su vez investigó las propiedades terapéuticas de las plantas como remedio a la cura de enfermedades. María Ambrosia de Ucedo, ‘La loca de Leganitos’ y dama de la Reina, se exilió en la Colegial siendo una gran benefactora de la ciudad.
Hay que destacar el motín de las mujeres, o motín del pan, que en 1898 se produjo en Talavera, cuando unas 300 mujeres asaltaron los almacenes de harina como protesta por la subida del precio del pan.
Otras muchas talaveranas anónimas hicieron de nuestra ciudad lo que hoy es, y espero que muchas más actuales y futuras sean artífices de una ciudad llena de porvenir.
