Anda Miguel Betis, con su cámara en ristre, evitando el fuerte viento y la lluvia que está inaugurando esta primavera que emerge en esta Talavera de nuestros pecados, mientras disfruta del inicio de las procesiones de Semana Santa oliendo a cera y maravillándose de parte del arte que plasma con su aguja Rosi Duque.
Y que mejor tiempo que el inaugural de la Semana de Pasión para traer a este rincón tan talaverano a esta célebre camarera de María Santísima de la Esperanza Nazarena, que copa espacios en las distintas televisiones por convertir la costura en artesanía.
Rápidamente supo que su vida dependería de lo que supiera crear con la aguja y la tela, pues a los dieciséis años de edad ya cortó un vestido para su madre. Y desde entonces su existencia ha estado marcada por un taller poblado de dedales y bobinas.
Su genio recorre toda la geografía española. Las túnicas que Rosi ha confeccionado se pueden contemplar en las procesiones de Murcia y de puntos de Castilla y León. También reina en otros sitios con los trajes regionales que fabrica con tanto amor.
Su cinta métrica y su especial manera de utilizar el jaboncillo han dado la luz a los mejores trajes de sevillanas –algunos se lucen en la feria de la ciudad del Real Betis-. También ha parido excelentes vestimentas para actores y actrices de teatro, para las fiestas medievales y hasta para artistas de circo. Así son las excelencias de Rosi Duque, otra talaverana de pro.
