El nuevo delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Manuel González Ramos, se ha comprometido en su toma de posesión a hacer todo lo que esté en su mano para acabar con la violencia machista y ha pedido unidad institucional para poner fin “a este problema de primer orden”.
González Ramos ha mostrado este compromiso en su toma de posesión, que se ha celebrado este martes en la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha a la que han acudido unas doscientas personas, entre ellas el presidente del Ejecutivo regional, Emiliano García-Page, y el presidente de las Cortes, Jesús Fernández Vaquero, de los que ha valorado la amistad que, según ha destacado, les une.
El nuevo delegado del Gobierno, que ha prometido el cargo sobre un ejemplar de la Constitución y sin la presencia de elementos religiosos, ha utilizado su primera intervención para hacer un llamamiento a al conjunto de la sociedad para luchar contra la violencia machista y ha pedido la unión de todos para “acabar de una vez y para siempre con este problema de primer orden”.
En este sentido, ha propuesto que todas las administraciones públicas estrechen lazos y se cierren protocolos de actuación conjunta para “trabajar mano a mano y que no haya ni una menos”, por lo que se ha comprometido a hacer todo lo que esté en su mano para acabar con la violencia machista.
En general, González Ramos ha afirmado que “las preocupaciones de los castellanomanchegos serán las de la Delegación del Gobierno” y ha tendido la mano al Gobierno regional para “trabajar en todo lo que sea beneficioso” para la región y para España “siempre desde la generosidad, la solidaridad y el bien común de esta tierra y de sus gentes”.
“Centraremos los esfuerzos para que el vínculo sea fuerte y beneficioso”, ha afirmado González Ramos, que también ha tenido palabras de reconocimiento para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y para el personal laboral y funcionario de la Administración del Estado.
González Ramos, que ha agradecido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la confianza depositada en él para nombrarle delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, ha afirmado afrontar con “responsabilidad, compromiso y con el objetivo de buscar el bienestar para toda la ciudadanía de Castilla-La Mancha y, por ende, del conjunto del Estado”.
“Espero que cuando acabe la andadura, podamos decir que mereció la pena por el trabajo en equipo y sobre todo por haber sido útil a la sociedad a la que servimos”, ha confiado González Ramos, que ha tenido palabras de agradecimiento a su familia por “su infinita paciencia”.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha también ha resaltado su relación personal, que les une “desde hace muchos años” y ha deseado “el mayor de los éxitos al Gobierno”, pues ha subrayado que ello redundará en el bien común.
García-Page ha adelantado al delegado del Gobierno que “hay muchas cosas pendientes” que el Ejecutivo central y el autonómico deben abordar conjuntamente y ha avanzado que “a partir de mañana” le propondrá una agenda de intereses a tratar con todos los consejeros y ministros del Ejecutivo central.
En dicha agenda hay asuntos “pequeños y grandes “y otros “de país” que deben abordar porque es su obligación, aunque sobrepasen las atribuciones de la propia comunidad autónoma o la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha.
“No le voy a pedir ni a Manuel González ni a Pedro Sánchez que lo arreglen todo”, ha hecho hincapié García-Page, que sí ha pedido “una actitud de diálogo, de conversación, de escucha y de no sectarismo”.
“No soy el presidente de los que me ha votado sino de todos, incluso de quienes me critican o atacan”, ha recordado el presidente regional, para quien “si cada uno cumple con su responsabilidad” desde las diferentes administraciones públicas, “aún le quedan por escribir muchos capítulos brillantes a esta tierra”.
