El PP de Castilla-La Mancha está sufriendo este viernes su particular jornada de pasión tras la inesperada derrota de su lideresa María Dolores de Cospedal. La mayoría de los militantes del Partido Popular han decidido que Soraya Sáenz de Santamaría, la ganadora de estas particulares primarias, y Pablo Casado, el segundo que más apoyo ha obtenido, diriman la lucha por presidir la formación de la gaviota.
Esto significa que Cospedal, como pretendía, no será la tercera mujer en dirigir un partido político en España –tras La Pasionaria (PCE) y Rosa Díez (UPyD)- porque, entre otras cosas, únicamente ha ganado en tres comunidades –Castilla-La Mancha, Galicia y Asturias- de las diecisiete que componen el Estado.
Eso sí, en Castilla-La Mancha no está discutido su liderazgo, pues ha conseguido 2.922 votos de los 4.458 militantes que se inscribieron para participar en el proceso y 1.091 lo ha cosechado en Toledo. Todo hace pensar que Cospedal continuará como presidenta del PP en la región, aunque las palabras que pronunció anoche, tras conocer su derrota, parecen indicar que su futuro político está en el aire.
Periodo de reflexión
Y es que la presidenta regional pidió que el PP abra “un periodo de reflexión” tras la primera vuelta para la elección de su líder y ha asegurado que no aspira a “ninguna responsabilidad ni cargo” pero que el 26 por ciento de los apoyos que ha obtenido “no puede quedar fuera”.
Sobre su futuro político, Cospedal apuntó que ahora no es el momento de responder, pero ha que hará lo mejor para el partido. “Lo que no voy a hacer es entorpecer a quien tenga que ser el futuro presidente del partido”, sostuvo, aunque se da por sentado que intentará convencer a su gente para que apoye a Casado en lugar de Santamaría.