Por Elisabeth Campos Moragón, Trabajadora social
Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos preguntado, ¿dónde se vivirá mejor, en el pueblo o en la cuidad? Cada lugar posee unos encantos.
La ciudad, nombrada como el lugar de recursos, servicios, posibilidades o como nos dice la Wikipedia “espacio urbano con alta densidad de población, en la que predomina el comercio, la industria y los servicios.” … el pueblo, lugar de tranquilidad, vida relajada y tal vez menos oportunidades en el ámbito laboral.
A día de hoy y después de llevar algunos meses trabajando en las provincias de Castilla La Mancha, en sus pueblos más recónditos y pintorescos, sigo pensando que las ventajas o desventajas de vivir en ellos depende de la manera en la que tú te plantees tu forma de vida.
El medio rural ha cambiado, todo a evolucionado y donde antes no había oportunidades ahora hay todo un mundo por explorar. Esto no significa que el medio rural no siga siendo el gran olvidado por muchos, por ello es necesario poner sobre la mesa esas carencias, esas necesidades que persiguen a sus ciudadanos.
Hoy enfocándome en las Asociaciones de personas con discapacidad física del medio rural, lanzó una reflexión sobre la situación por las que muchas de ellas están pasando.
Existen necesidades que no pueden ser cubiertas por sus ayuntamientos, y muchas necesitan de ayuda externa para poder seguir luchando por sus socios, amigos, familiares y personas que día a día se acercan a sus entidades. Necesitan alzar sus voces para hacer saber que están ahí y que siguen trabajando.
Reflexionemos sobre esto y busquemos alternativas, soluciones o propuestas para hacer mas fácil la tarea diaria de estos luchadores.