No me gusta la resolución de la Viceconsejería de Cultura, por la que se inicia expediente para la declaración de la Villa de Talavera de la Reina (Toledo) como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico. No me gusta porque no se parece demasiado al documento que hace más de un año remitió el Ayuntamiento de Talavera de la Reina (Solicitud de declaración de Bien de Interés Cultural el Conjunto Histórico del Casco de Talavera de la Reina y su entorno de protección -nótese ya desde el principio la diferencia de categoría en la nomenclatura empleada, y el rebaje que introduce la Viceconsejería, porque es importante-); y no me gusta porque no se ha sido ni justo, ni inteligente, ni consecuente con lo que se merece la ciudad. Me explico.
Talavera envió a Toledo, a la Junta, un muy buen documento que ensamblaba una propuesta seria de conjunto histórico. Esta propuesta, después de un análisis previo que supuso ya un recorte importante de espacios en especial en el segundo recinto amurallado, se cimentaba en su rigurosidad, seriedad y, en último lugar, consenso social y político. No hay que olvidar que esta declaración parte de la Asociación de vecinos San Jerónimo, posteriormente se recoge por parte del Ayuntamiento, y se trabaja, consensúa y tramita por unanimidad de todos los grupos políticos con representación municipal. Probablemente estemos ante una de las pocas actuaciones trabajadas con seriedad por parte del equipo de gobierno municipal del Partido Popular. Y por parte de la oposición ha existido lealtad y trabajo. Desde Ganemos Talavera antepusimos unidad ante el desacuerdo frente a esos primeros recortes de superficie a catalogar.
Pero lo que ha enviado la Viceconsejería de Cultura sobrepasa lo prudente y entra a saco en el fondo de la cuestión, amputando, recortando, entresacando y, en definitiva, reduciendo profunda y críticamente la propuesta enviada desde Talavera. En las dos imágenes que acompañan a este artículo, se puede contemplar la diferencia entre lo enviado desde el Ayuntamiento, y lo devuelto por parte de la Viceconsejería. Y no se trata simplemente de superficie, cantidad…; se trata de dejar fuera buena parte de los elementos singulares del patrimonio local, que por supuesto no queda circunscrito a “La Villa” como quiere dar a entender la resolución.
Quedan fuera -pese al premio de consolación de Jardín Histórico- la Basílica del Prado y sus Jardines (con su más que probable Maqbara), quizá una de las más importantes de Castilla después de la destrucción de la de Ávila hace pocos años; pero también quedan fuera los entornos de la calle San Francisco, Mesones, Cerería… el arrabal Nuevo queda fuera, pero también quedan excluidos grandes espacios dentro del primer recinto amurallado, quizá los que más necesiten esta declaración para poder en los próximos años adecuar las características al conjunto del recinto.
Así, la propia resolución literalmente indica que «Quedan excluidas del objeto de la declaración, aunque se encuentran dentro del espacio delimitado por sus coordenadas, las siguientes parcelas debido a que albergan edificios que suponen impactos urbanísticos discordantes con los valores patrimoniales que se pretenden proteger con la declaración de Conjunto Histórico.» Y las enumera. ¿Pero no habíamos quedado que la declaración de Conjunto Histórico tiene como objetivo la recuperación integral del tejido patrimonial inmueble de la ciudad? ¿No se trata de que con la propia declaración en la mano se empiece a trabajar por resolver problemas, aplicar políticas de conservación, aportar fondos, eliminar volúmenes discordantes, y rescatar edificaciones que ahora mismo se están derrumbando literalmente?
Es una burla este «inicio de expediente» donde desde Toledo, con la sartén por el mago como siempre, nos vuelven a decir que somos de segunda categoría, que nuestro trabajo está mal hecho, que qué nos hemos creído, que nuestro patrimonio no está a la altura. Quizá el pecado de Talavera sea demasiado gordo, quizá no hemos reconstruido, repristinado como dicen los técnicos, a tiempo. No hemos reconstruido murallas, ni puertas, ni alcázares, ni extensos tejidos urbanos destruidos incluso en pleno siglo XX como han hecho otras ciudades no muy lejanas… lo que hay en Talavera es de verdad, con sus bellezas y sus desgarros inmensos; con sus tesoros e injurias, con sus vacíos materiales, pero donde reposa la esencia de la ciudad que fue y está dispuesta a volver, encamada en un paisaje limpio y propio, con una personalidad única, con el Tajo como eje. Es de verdad, Talavera es una ciudad viva, no un decorado de cartón piedra. Y lo que hay, lo que queda, y sobre todo lo que se puede recuperar, muestra una ciudad de más de dos mil años, viva, refundada sobre sus cimientos una y otra vez, edificada a capas, destruida, como todas, en parte, pero donde se puede observar perfectamente el hilo conductor de la Historia, incluso la más reciente.
No me gusta nada cómo ha encajado la Junta el trabajo de Talavera. Y no me gustan ni los plazos más que dilatados que están manejando, ni las maneras, ni las intenciones, ni la amputación traumática de gran parte del real y verdadero conjunto histórico de la ciudad. Ahora queda alegar, y aquí ya entran ahora cuestiones políticas y partidistas que quizá no vayan a favor de los intereses de Talavera. No sé si habrá ahora desde el consistorio la misma unidad a la hora de exigir a Toledo/Junta lo que nos corresponde en justicia. Por mi parte y por la de Ganemos Talavera la habrá; y quedan aquí mi opinión y posición, como concejal en este momento concreto, pero sobre todo como talaverano.