domingo, 28 enero 2024
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La reapertura de escuelas rurales, un balón de oxígeno para los pueblos pequeños

Ayuntamiento de Garciotum.

La educación es, además de un derecho básico, un deber de las administraciones a la hora de dotar de infraestructuras a un territorio y se ha convertido también en un balón de oxígeno para aquellos municipios pequeños de Castilla-La Mancha que vieron en cinco años cómo cerraban su escuela rural y cómo lograban reabrirla.

Es el caso de pequeños pueblos de la región como Garciotum en Toledo cuyo recuerda con “dolor” el cierre de su escuela y con “alegría” la reapertura.

En la única legislatura en la que el Partido Popular ha gobernado en Castilla-La Mancha (2011-2015), el Ejecutivo regional tomó la decisión de cerrar escuelas rurales que no contaran con un mínimo de once alumnos y llegó a echar el cierre a un total de 69.

Con la vuelta del PSOE al Gobierno castellanomanchego, la Consejería de Educación cambió las tornas y comenzó a programar la reapertura de escuelas rurales que tuvieran un mínimo de cuatro niños, hasta el punto de querer mantenerlas abiertas incluso por debajo de los cuatro alumnos este próximo curso.

Pero el éxodo de padres y madres con sus hijos ante el cierre de las escuelas para establecerse en otros municipios donde sí tuvieran un centro educativo complicó atraerlos de nuevo con la reapertura, por lo que no se pudo igualar el número con los cierres y durante la pasada legislatura fueron reabiertas 22.

David Palomares, alcalde de Garciotum, con Tita García, alcaldesa de Talavera.

Este éxodo es una de las consecuencias de las que habla el alcalde de Garciotum, David Palomares, que recuerda, en declaraciones a Efe, que cuando se cerró la escuela rural de su municipio -de 190 habitantes- en el curso 2012/2013 algunas familias se fueron a vivir a Talavera de la Reina y otras a Madrid y, de hecho, el pueblo perdió 25 empadronados.

“Vendetta política”

Palomares achaca el cierre a una “vendetta política” del PP contra el PSOE, ya que señala que en Garciotum había 11 niños pero sin embargo Sotillo de las Palomas, gobernado por el PP, tenía diez niños y no le cerraron el colegio.

Tras dos años de lucha y la denuncia del caso ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que le otorgó la razón al municipio y calificó el cierre de “ilegal”, la escuela rural se reabrió con cinco niños.

Además, el Consistorio se puso manos a la obra y exploró fórmulas para atraer población al pueblo, de manera que anunció que a las familias que fueran a vivir al municipio, el Ayuntamiento les pagaría el alojamiento y el material escolar.

Con este plan, ha dicho el regidor, Garciotum consiguió que cuatro familias con 11 niños -de Tarragona, León, Talavera y Cervera de los Montes- fueran a vivir a su municipio y que la población escolar creciera hasta los 14 niños -3 oriundos de Garciotum- del curso pasado, el mismo número con el que arrancará el curso 2019/2020.

De igual forma, la llegada de estas familias ha supuesto que se empadronaran 30 personas en el municipio, lo que supone un revulsivo para el pueblo y “sobre todo vida”, resalta su alcalde, y “una alegría inmensa”.

“Un pueblo sin niños no tiene sentido”, opina David Palomares, quien ha indicado que este verano el Ayuntamiento ha iniciado otra campaña para incorporar a otras dos familias más para intentar alcanzar los 20 alumnos en la escuela rural.

Estos pequeños pueblos que forman parte de lo que se denomina la España vaciada han visto cómo tras cerrar sus escuelas rurales, vieron acentuada la pérdida de población, una tendencia que se ha frenado con la reapertura de los colegios e incluso, en algunos casos, han aumentado el número de vecinos.

 

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