Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal, formado por cinco peligrosos aluniceros que actuaban en la provincia de Toledo y en la Comunidad de Madrid. Sustrajeron once vehículos de alta gama paracometer sus robos en diferentes establecimientos mediante el método del alunizaje, o bien mediante el mazazo.
Eran extremadamente violentos llegando a colisionar su vehículo contra coches patrulla e incluso vaciaban extintores dificultando la persecución y una vez agotado su contenido, lo arrojaban directamente a los agentes.
En otra ocasión llegaron a arrastrar varios metros a los policías, cuando les sorprendieron tratando de sustraer otro vehículo. Los detenidos, de entre 20 y 27 años, utilizaban medidas para eludir la acción policial como utilizar vehículos a nombre de terceros para desplazarse, o aguadores que vigilaban dificultando la labor de investigación.
La investigación se inició a mediados del pasado mes de agosto, al detectarse un aumento en los robos con fuerza en establecimientos comerciales de la Comunidad de Madrid. Los agentes, tras analizar toda la información y después de varias pesquisas, comprobaron que existía un grupo criminal formado por seis jóvenes que se alternaban para cometer los robos perpetrados, en ocasiones con dos vehículos de manera simultánea.
Modus operandi
Su modus operandi consistía en sustraer primeramente vehículos de alta gama y gran cilindrada, actuando siempre en horario nocturno y ocultando sus rostros con pasamontañas y prendas similares. Para acceder a los establecimientos, utilizaban el método del alunizaje, o bien el conocido como mazazo y una vez que obtenían el botín huían rápidamente del lugar.
Asimismo, empleaban medidas para eludir la acción policial como utilizar vehículos a nombre de terceros o alquilados cuando se desplazaban para sustraer aquellos con los que cometían los robos, o para acudir a los lugares donde se refugiaban tras los delitos. Estos lugares contaban también con aguadores para alertar de la presencia policial,lo que dificultó enormemente la investigación.
Las dos mujeres del grupo eran las que realizaban labores de vigilancia cuando se estaban cometiendo los robos, trasladaban a los demás integrantes en los vehículos alquilados y así no levantaban sospechas si eran interrogadas por los agentes, ya que simulaban ser pareja o un grupo de amigos.
Peligrosos y violentos
Eran extremadamente violentos, ya que no dudaban en acometer contra los agentes como en uno de sus asaltos cometidos en la localidad toledana de Torrijos, donde en su huida llegaron a colisionar contra varios coches patrulla que establecían un control, provocando daños materiales en los mismos y heridas leves a tres agentes.
En otra ocasión, tras ser sorprendidos en la localidad madrileña de Leganés después de cometer varios robos, vaciaron un extintor y una vez agotado el contenido lo arrojaron a los agentes de la Policía Nacional para evitar, así, ser alcanzados. Incluso agredieron en otro hecho delictivo a varios policías, llegando a arrastrarles varios metros con el vehículo provocándoles lesiones graves por las que tuvieron que ser atendidos en centros hospitalarios.
Captados por radar
Además de todo ello, circulaban a una velocidad muy elevada, poniendo en grave riesgo la seguridad del resto de los ocupantes de la vía. En una ocasión fueron captados por un radar de la M-30 a 226 kilómetros por hora, por lo que también se les imputa un delito contra la seguridad vial.
Después de una gran labor por parte de los agentes encargados de la investigación, el pasado 9 de diciembre lograron la detención de los cinco integrantes del grupo. Todos ellos, de entre 20 y 27 años, han pasado a disposición de la autoridad judicial como presuntos responsables de once robos con fuerza, once sustracciones de vehículos, dos delitos contra la seguridad vial, cinco delitos de daños, dos delitos de atentado y tres delitos de lesiones leves, además de pertenencia a grupo criminal. Tres de los detenidos ya han ingresado en prisión.
Los investigadores han recuperado ocho vehículos valorados en 250.000 euros, extintores, diferentes útiles para los robos con fuerza, ropa de ocultación como pasamontañas y guantes y los aparatos que utilizaban para vencer los sistemas de seguridad de los vehículos.