El pasado lunes 23 de diciembre la alcaldesa de Talavera -Tita García Élez- anunciaba que la Basílica de Nuestra Señora del Prado estrenaría iluminación artística a mediados de enero tras “el convenio en el que se ha venido trabajando en los últimos meses con la empresa Iberdrola”.
Sin embargo, este no es un nuevo convenio con Fundación Iberdrola, sino que es el mismo que se firmó el 3 de octubre de 2018 y que se enmarcaba en el Programa de Iluminaciones de joyas arquitectónicas del país, en el que trabaja la Fundación en Castilla-La Mancha y asumiendo la práctica totalidad de los costes, en su “propósito permanente de promover el valor social de la cultura y la protección y conservación del patrimonio histórico-artístico de la región”.
Ya por entonces el alcalde firmante Jaime Ramos manifestó que “esperaba” que esa nueva iluminación exterior de la Basílica fuera una realidad en febrero de 2019.
Llegada esa fecha lo que sí hizo el Ejecutivo del PP fue aprobar, cuatro meses y medio después, ese proyecto de renovación en Junta de Gobierno Local para dejarlo “en un cajón”.
Desde cero
El concejal de Patrimonio y Política Medioambiental Sostenible, Sergio de la Llave, ha reconocido a preguntas de este digital que el actual equipo de gobierno sigue retomando proyectos “olvidados” y que “éste concretamente lo hemos hecho casi desde cero. Otro más”.
Así, de los 50.000 euros presupuestados hace casi quince meses se ha pasado a los 55.000 de ahora, que asumirá casi íntegramente la empresa vizcaína, ya que el Ayuntamiento de Talavera sólo tendrá que hacer frente a las “líneas de vida de seguridad”, que ascienden a 1.500 euros.
Y es que Fundación Iberdrola ha redactado el proyecto y asumirá igualmente la instalación, todo bajo la normativa que rige para las construcciones catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC), como es el caso de la Basílica de Nuestra Señora del Prado desde 1993.
El proyecto de iluminación
El proyecto contempla el cambio de la iluminación exterior por otra más moderna de tecnología LED, reutilizando los actuales báculos de soporte.
Esta nueva iluminación aportará mayor intensidad y nitidez, aunque a su vez ayudará a disminuir el gasto energético y reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Además crearán un efecto mucho más estético y remarcará este Bien de Interés Cultural de la Ciudad de la Cerámica.
Asimismo, como ha señalado De la Llave, “no se interferirá en los nidos de cigüeña” y la placa conmemorativa de la actuación no irá en la fachada sino en un “hito discreto” que se construirá ex profeso en los aledaños de la Basílica.
Se espera que a mediados de enero se pueda inaugurar esta iluminación que permitirá “visualizar mejor una de esas joyas que es bonita por dentro y por fuera y que va a venir a reforzar el conjunto del templo eclesiástico”, como dijo el pasado lunes García Élez.
Lo de los azulejos del pórtico y los vinilos es otra larga historia.
Cuanta razón, los azulejos otra historia. Es vergonzoso que siendo la ciudad de la cerámica tengamos vinilos tapando azulejos