En los dos últimos meses estamos experimentando muchas situaciones nuevas e inéditas en nuestras vidas. También estamos trabajando incansablemente desde el primer día para garantizar las necesidades de la ciudadanía en materia de conectividad, de las empresas y autónomos de nuestra región, facilitar el trabajo en remoto de los empleados públicos, de establecer en definitiva la coordinación necesaria a todos los niveles para asegurar un funcionamiento óptimo de las telecomunicaciones.
Durante este tiempo, precisamente han sido éstos, los accesos a internet y las llamadas de voz, algunos de los servicios esenciales a garantizar por el Gobierno regional, pues se han convertido en parte fundamental de nuestra vida durante el confinamiento, no sólo en el ámbito laboral, sino para algo fundamental como vernos y transmitirnos calor entre familias y amigos.
Con la incertidumbre de enfrentarnos a algo desconocido, trabajamos mano a mano con las operadoras de telecomunicaciones. Cada día superaba las cifras del anterior y los operadores nos informaban de la multitud de altas de líneas de datos para nuevos clientes. Es algo de lo que se habla poco, pero es representativo de la cantidad de hogares que se han adaptado para poder teletrabajar, estudiar en remoto o simplemente para entretenimiento durante el confinamiento.
En la segunda semana empezaron a estabilizarse las cifras de tráfico y conseguimos algo muy satisfactorio: la red de telecomunicaciones de todos los operadores en Castilla-La Mancha estaba resistiendo el aumento de tráfico de datos que suponía realizar la vida cotidiana de una mayoría desde casa. Uno de los comentarios más frecuentes de los operadores ha sido que, poder afrontar con garantías esta situación, ha sido gracias al gran esfuerzo que venimos realizando desde años, ya que en nuestra región estamos en pleno despliegue masivo de Fibra, Wimax o 4G las redes principales son nuevas, de gran capacidad y han soportado la situación de forma óptima.
Una vez superados esos primeros días, trabajamos en analizar con los operadores donde podríamos acelerar los despliegues ya iniciados para mejorar la conexión existente en los hogares. Con esta estrategia hemos conseguido varias actuaciones que nos hacen estar realmente orgullosos, como es haber puesto en marcha 8 antenas de tecnología 4G que han empezado a dar banda ancha, de hasta 30Mb, a 15 pedanías de pueblos repartidos por las comarcas de Almenara y Sierra del Segura. Localidades donde el concepto de banda ancha era desconocido y en un momento como digo, más necesario que nunca.
Esta maldita pandemia también nos ha servido para comprobar las importantes cifras de cobertura de nuestra región, gracias al record de inversión realizado en Castilla-La Mancha en materia de telecomunicaciones estos años, con una red que atiende a más del 99% de las familias de la región. Además del apoyo fundamental a la Consejería de Educación, para dotar de conexión a los alumnos y alumnas que no disponían de ella.
Esta situación nos ha obligado a adaptarnos al entorno digital. Todos en mayor o menor medida hemos tenido que aprender a usar servicios digitales o herramientas disponibles en internet. También nos hemos dado cuenta que teníamos muchísimas más herramientas y ayudas a través de la tecnología de las que estábamos utilizando o conocíamos. Por tanto, hemos de aprovechar las mejoras que pueden suponer en nuestro trabajo y en nuestra vida cotidiana.
Desde el Gobierno regional no queremos abandonar la senda de los años anteriores, y reforzados por la experiencia de esta pandemia aspiramos, más que nunca, a que en 2023 Castilla-La Mancha sea una región con una red de banda ancha ultrarrápida. Una región digital donde todas las iniciativas empresariales puedan desarrollarse en cualquier localidad o donde con independencia de donde vivan, nuestros vecinos y vecinas puedan desarrollar sus vidas en igualdad de oportunidades.
Considero que la conectividad es un Objetivo de Desarrollo Sostenible transversal, que contribuye en la consecución de todos los 17 ODS que marca la Agenda 2030 ya que fomenta la igualdad, la industria, la innovación, la educación…
Como también la conectividad ayuda a mejorar los servicios públicos como el de la salud, el bienestar social o el de todas las instituciones a través de la administración digital, la participación activa, los datos abiertos y la transparencia. En definitiva, las telecomunicaciones son esenciales ante una emergencia y son una apuesta por el desarrollo sostenible.
José Luis Escudero, consejero de Desarrollo Sostenible