Como cada 28 de junio celebramos el Día Internacional del Orgullo LGTBI. Se trata de una jornada que sirve para conmemorar las reivindicaciones históricas de un colectivo que, aún hoy, pese a los logros conseguidos, ha de continuar su lucha por el reconocimiento, la visibilidad y la consecución de su derecho a amar, a ser y a sentir en condiciones de plena igualdad.
Conmemorar es recordar, hacer memoria, volver atrás para traer al presente: recuperar la historia y la genealogía. Por eso, este año, bajo el lema “Feminismo, igualdad y derechos humanos” es preciso recalcar que son estos los pilares que han posibilitado los avances para el colectivo LGTBI y los que permiten que continuemos trabajando en la construcción de una sociedad inclusiva, digna, justa y democrática.
El feminismo y los movimientos LGTBI han ido de la mano en sus reivindicaciones por la autonomía sexual y corporal de las mujeres, por la equiparación de los derechos de todas las personas que no se ajustan a los mandatos de género normativos, por el reconocimiento de la diversidad sexual y en la denuncia de todas las formas de discriminación y desigualdad derivadas del heteropatriarcado.
Por todo ello, las políticas para la consecución de la igualdad real y efectiva han de llevarse a cabo desde un enfoque feminista, interseccional y transversal que apueste por la ampliación de derechos para todas las personas, pues se trata de eso: de derechos humanos.
Los derechos de las personas LGTBI solo podrán lograrse con el desarrollo de políticas feministas e igualitarias que reconozcan la diversidad y que, además, se encaminen a contrarrestar las múltiples formas de discriminación que sufren en multitud de lugares y en diferentes contextos sociales.
Celebramos hoy con orgullo poder realizar este recorrido de la mano de tantas entidades y personas LGTBI que nos marcan el camino contra el sexilio -que ha supuesto que un 67% de las personas jóvenes LGTBI hayan abandonado el medio rural debido a la presión social-; contra las discriminaciones específicas de las mujeres LBT -como son dificultades de acceso al empleo y las desigualdades derivadas del patriarcado-; contra todas las formas y manifestaciones LGTBIfóbicas que sufren de manera cotidiana en distintos ámbitos de sus vidas; y, en definitiva, en la implementación de políticas que supongan la ampliación y la materialización de sus derechos.
Fruto de sus reivindicaciones e incesante trabajo es también la futura Ley de diversidad sexual y derechos LGTBI en Castilla-La Mancha que nos encontramos tramitando y que dotará al colectivo del respaldo institucional y legislativo necesario para seguir avanzando.
Por ello, este día es especialmente simbólico en nuestra región y motivo de un mayor orgullo. Esta norma es la muestra del férreo compromiso adoptado con el feminismo, la igualdad y los Derechos Humanos.
Emiliano García-Page es el presidente de Castilla-La Mancha