A las 3 de la madrugada de esta jueves arranca en el Nippon Budokan la competición de kárate en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Allí, una menuda pero grande talaverana buscará poner el colofón a una brillantísima carrera con la medalla que le falta, la olímpica.
Sandra Sánchez Jaime (Talavera de la Reina, 16 de septiembre de 1981) saltará al tatami con la vitola de favorita, merced a unos resultados en los últimos ocho años difícilmente igualables y a un saber competir al alcance de pocos mortales.
Será la única oportunidad de cerrar el círculo y lograr esa cuádruple corona de campeona de España (seis veces), de Europa (otras seis), del Mundo (una) y olímpica, puesto que este deporte, con quinientos años de historia, debuta en Tokio 2020 y no estará, incomprensiblemente, en el calendario de París 2024 donde será sustituido por el Break Dance (!).
Tres décadas de sacrificio
Sandra nunca lo ha tenido fácil y desde la década de los 90 y desde ese ya mítico Gimnasio Aerogym 2000 nadie le ha regalado nada.
Los estudios y la precariedad que supone competir en deportes minoritarios retrasaron su explosión hasta más allá de la treintena, cuando volvió a tomarse en serio el kárate y logró entrar en la Selección Española.
En 2015 inició un despegue que le ha llevado a ser considerada la mejor karateca de la historia. Un despegue que tiene en la alfombra del Nippon Budokan su pista de aterrizaje.
Talavera de la Reina y España contendrán la respiración esta madrugada en todos y cada uno de los katas que realice para que logre lo que por su extraordinario sacrificio y buen hacer deportivo y humano merece.
Suerte campeona.