El día 2 de Mayo se celebra mundialmente un día que sin lugar a dudas es muy importante. El Día Internacional contra el Acoso Escolar.
En este día las RR.SS. se llenan de campañas para la concienciación contra el acoso escolar o ‘bullying’. Un problema que por desgracia afecta a diario a muchos niños en el mundo. De hecho, el bullying se cobra alrededor de 200.000 suicidios al año entre jóvenes de entre 14 y 28 años, según un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud junto a Naciones Unidas. En nuestro país, según el último informe del Observatorio del Suicidio en España, catorce menores de 15 años (siete niños y siete niñas) se quitaron la vida en España en 2020. El doble del año anterior.
En la mano de todos está que esto se erradique y es que, la educación empieza en casa y se continua fuera.
Hagamos de este mundo, un mundo libre de acoso, porque esto hará que el mundo sea verdaderamente más Justo empezando por la base. Empapémonos de esta idea, y de esta campaña, no solo hoy día 2 de mayo, sino todos y cada uno de los 365 días del año.
Porque humillar a una persona no te hace ser más que nadie, ni más fuerte, ni mucho menos poderoso; lo que realmente hace es demostrar tu mediocridad y dejar al descubierto tu lado más débil, tus dudas e inseguridades.
Esto es aplicable también a los adultos que lo hacen con compañeros de trabajo. Te puede gustar alguien más o menos, pero ante todo hay que respetar a esa persona y no menospreciar su labor y tarea, y mucho menos intentar que pierda su trabajo porque te moleste su presencia.
Cuando un adulto hace algo de este tipo dicen mucho más sus actos de cómo es él que de la otra persona. Acabemos con la lacra de personas que hacen de estos acosos su ‘modus vivendi’. Si un adulto hace esto en su trabajo, los menores de su entorno lo verán como algo normal y lo practicarán entre sus compañeros porque pensarán que está bien. Que es un acto que pueden hacer cuando le plazca y siempre que alguien les moleste. Empecemos desde nosotros mismos como adultos para enseñar la verdadera diferencia entre lo que está bien y lo que está mal.
No podemos permitir este tipo de situaciones ni en las aulas ni en nuestra sociedad. Debemos ser inflexibles ante este tipo de comportamientos. Ojalá ni profesores, ni compañeros ni familiares, ni nadie dentro y fuera del entorno escolar, deje pasar el acoso frente a sus ojos sin ponerle freno. Frente al acoso, la tolerancia siempre debe ser cero.
Diana López Gómez es portavoz de Educación en las Cortes de Castilla-La Mancha