El diestro Tomás Rufo continúa demostrando que es uno de los mejores toreros de la fiesta nacional. Este lunes lo dejó claro en la Feria de Sevilla, en una plaza tan difícil como la Real Maestranza, un coso en el que debutó en una tarde en el que se registró un lleno total tras colgarse el cartel de ‘no hay billetes’.
Era una tarde, por otra parte, para valientes y más para un debutante como Rufo, que acudió a la cita vestido de grana y oro para cortar tres orejas. Enamoró al público con dos faenas macizas, como dice Luis Carlos Peris en el Diario de Sevilla. Y lo hizo en una tarde con lluvia torrencial y en un coso repleto de barro que más se asemejaba a una pista de patinaje.
Pero, pese a estas inclemencias, Tomás Rufo ofreció un recital de torero bueno, hondo y sin alharacas, como sostiene el mismo Peris. Exhibió esas verónicas que lucen con especial brillo y alegró con su toreo seco de muleta a una Sevilla a la que encandiló y más después de ofrecer una estocada que puede ser la mejor de la feria.
Su trabajo le hizo salir a hombros por la Puerta del Príncipe tras dejar aromas de que puede ser el torero de este siglo. Un triunfo más y en una plaza difícil.