Tras casi tres años de diligencias, el Juzgado de Instrucción número 4 de Talavera procesará finalmente al sacerdote J.L.G.M., director espiritual del colegio talaverano de la Orden Hijas de María Nuestra Señora y párroco de la iglesia de San Ildefonso, por presuntos abusos sexuales durante los años 2010 y 2014 de una menor, alumna de dicho colegio, que en los momentos de los hechos tenía 14 años y en la actualidad 23.
Según la información publicada por El País, que también destapó el pasado mes de marzo un caso del que se hizo eco Ahoraclm.com, el juzgado talaverano no imputa al sacerdote el delito de agresión sexual ni ha determinado ningún tipo de medidas cautelares contra él.
Todo ello, a pesar de lo denunciado y relatado en el sumario por una víctima que asegura que el cura intentó violarla durante la práctica de un exorcismo, practicado por el procesado y otro sacerdote a instancias de la madre de la menor que, por otra parte, mantenía una relación sentimental con el presunto abusador de su hija.
Historia truculenta
Una historia truculenta en la que también se mezcla el proceso de divorcio de los progenitores de la víctima, a causa precisamente de la relación sentimental entre la madre y el cura procesado, y que afectó gravemente a la estabilidad emocional de una víctima que ha protagonizado doce intentos de suicidio y ha sufrido una fuerte anorexia tras unos hechos que el sacerdote imputado definía, según las declaraciones de la víctima, como “voluntad y regalo de Dios”.
La Archidiócesis de Toledo, por su parte, abrió en 2018 un proceso canónico contra José Luis Galán, prohibiéndole oficiar misa y trasladándole, como capellán, al convento Santiago Apóstol de Toledo, aunque sin instruir ningún tipo de enjuiciamiento eclesiástico contra el sacerdote, que rechaza todas las acusaciones y que será juzgado en una vista todavía sin fecha.