El juicio que se celebra desde este martes en la Audiencia Provincial de Toledo contra un sacerdote de Talavera de la Reina, por haber abusado sexualmente de una menor entre 2011 y 2013, se va a desarrollar hasta el próximo jueves a puerta cerrada, por acuerdo de la Sala.
El ministerio fiscal ha hecho la petición para que las tres jornadas previstas del juicio se celebren a puerta cerrada, a la cual se ha adherido la acusación particular y la defensa del procesado, atendiendo a la protección de la imagen e intimidad de la víctima y de su entorno y por la presunción de inocencia del acusado, según han señalado fuentes judiciales a los medios de comunicación que se han acercado a la Audiencia de Toledo.
Tras la petición de las partes, la Sala de tres magistrados ha acordado que hay base legal para que se celebre el juicio a puerta cerrada de manera íntegra y, por tanto, ha dado comienzo con la declaración del sacerdote, que ha llegado a la Audiencia Provincial de Toledo con la vestimenta negra de cura y luciendo el alzacuellos.
Durante la primera jornada de la vista oral, está previsto que declaren tanto el acusado como la víctima -que no entrará en contacto con el procesado en ningún momento y será protegida su intimidad dentro de la Sala- así como la madre y el padre de la misma.
“Por fin se hará justicia”
La abogada de la víctima, María Victoria Vega, ha manifestado, en declaraciones previas al inicio del juicio, que confía en que “por fin” se haga justicia contra el acusado de un delito continuado de agresiones sexuales en el despacho parroquial durante varios años en los que fue director espiritual de la víctima y de otro contra la integridad moral.
El sacerdote se enfrenta a la petición de 17 años de cárcel por parte de la Fiscalía, mientras que la acusación solicita que sea condenado a 22 años de prisión.
La letrada de la acusación particular ha considerado que los informes periciales forenses son “claves” en los hechos, mientras que la defensa del acusado argumenta “un móvil de venganza y celos inventado” a raíz de la relación del cura con la madre de la víctima.
María Teresa Vega ha confiado en que haya una condena para el acusado y en que “pague por lo que ha hecho”, y también porque “se haga justicia por las que callan y por las que no”, ya que ha asegurado que hay otras jóvenes que también han sido víctimas pero no han dado el paso de denunciar.