Podemos ha dado la “espantá”. En la autonomía y en Talavera. Es lo que ocurre cuando la implantación de una ideología adolescente intenta llevarse a cabo.
Al igual que no se puede hacer un puente con plastilina no se puede acudir a la política sin un endurecimiento de la experiencia en ella. Eso es Podemos. Plastilina política.
Hagamos un paradigma: lo sucedido en Talavera, una escisión fifty-fifty de los podemitas que antes fueron de IU o de cualquier otra formación o simples librepensadores, me recuerda a debates universitarios. Creativos… Y casi siempre tan inútiles como utópicos.
Es asombroso que un ciempiés político que se llama Marea, Ganemos, En comú, Podemos o el nombre atractivo que se les ocurra tenga el respaldo que tiene. No lo entiendo. ¿O es que se creen sus votantes que España, con el paro existente, está para dar rentas garantizadas, cuando cualquier gobierno nacional tendrá que aumentar la deuda pública para poder seguir pagando pensiones? ¿De dónde nace esa fuente de dinero? ¿De gravar a los bancos? Se acabó el que concedan créditos. ¿Gravar a las grandes fortunas? Ahuyenta la inversión. Lo mismo si se nacionalizan o expropian bienes muebles o inmuebles. Aquí no inviertiría nadie.
Ya lo escribí en una anterior colaboración. La Economía prima sobre su hermana la Política…
A mí no me engañan quienes no saben de equilibrio político. A los hechos me remito. Hoy soy de una forma, mañana de otra. Reitero: hacen política de plastilina.
Y un último recado: “No es no”. Bien. Añadiré otra obviedad: “terquedad es terquedad”.