“Plantar cara” a la violencia machista y llamar la atención sobre “la lacra más fuerte y poderosa que sufre nuestra sociedad” es el objetivo de las acciones que ha puesto en marcha el movimiento Fluxus XVI que promueve la artista Arsenia Tenorio. Y así, el pasado viernes, en la Escuela de Arte de Toledo se presentaba un rap, un corto y una exposición, que podrá contemplarse hasta el día 24 de marzo, con la idea de remover conciencias desde la creatividad.
La directora de la Escuela, Sagrario Martín-Caro fue la encargada de presentar el evento destacando la trayectoria profesional y humana de su comisaria, Arsenia Tenorio, emplazándola al tiempo a ofrecer una conferencia en el centro educativo.
Por su parte, la conocida y reconocida artista afincada en Quero (Toledo) y promotora e impulsora de Fluxus XVI, movimiento que se gesta en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), mostró la necesidad de lanzar acciones que “nos ayuden a plantar cara a la violencia machista, la lacra más dura y dolorosa de la sociedad en estos tiempos”. “Los números de mujeres muertas -añadía- siguen sumando y esto no tiene ningún sentido. Con esta exposición pretendemos, desde el arte, llamar la atención sobre determinados aspectos que deberían hacernos reflexionar”.
Tenorio, en este sentido, comentó que “las exposiciones hablan”, por lo que confía en que los mensajes que han querido trasladar “puedan calar en la sociedad”. De ahí que anime a los visitantes a “empaparse de ella, de esta exposición y de cualquier otra expresión artística y/o creativa, porque nos hablan, nos cuentan cosas”.
En esta ocasión han participado con sus creaciones los miembros de Fluxus XVI José Carlos Gallego, Iluminada Vergara, María Angeles Ramos, María Angeles Herrero, Virginia Álamo, Francisco Javier Rodríguez, Diego Sánchez (Dj Darko), Marta Romero y Marta Delgado.
En la muestra puede verse una cama donde se rompe para siempre el origen de la vida (cáscaras de huevo sobre un lecho), una serpiente cómo vínculo creativo de la mujer y la tierra; el agua, vidas que atrapamos y zarandeamos hasta cambiar de color (botellas con líquido rojo por cada una de las mujeres asesinadas), voces que nos hacen vibrar a través de un corto y música que nos provoca lo que no podemos expresar (rap). En definitiva, símbolos, vídeos, flashes y existencias de todo y de nada… Y todo ello papara hacer una pregunta a una sociedad que no acierta contra el mayor fallo social; los números de la muerte: “-8-9-10-11-12-13-14-…STOP”.