Hasta los años 70 la única relación que tenían los pueblos con la administración era el cobro de los impuesto y una visita que de vez en cuando hacía el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento para inaugurar algún pilón para abrevar el ganado o lavar las mujeres, y a continuación se tiraban unos ‘cobetes’ para celebrar tan magno acontecimiento. Eso sí con el nombre del alcalde bien grabado en la piedra, como el nombre de la calle que los alcaldes talaveranos han decidido ponerse todos ellos para celebrar esa magnífica gestión cuyos frutos todos estamos disfrutando.
Los ‘cobetes’ también se tiraban en las fiestas, otro de los gastos imprescindibles en esta alta política a la que nos tienen acostumbrados. Como los que tiran en las Mondas, una pólvora “a tó confor”, mientras que desfilan como pavos entre la plebe.
La política en Talavera siempre ha estado a ese nivel, nunca ha habido un verdadero proyecto de ciudad hacia el que se hayan dirigido esfuerzos y propuestas. Todo ha sido un ir tirando, un ir al despacho los concejales para firmar lo que les pongan en la mesa, una política pueblerina y acomplejada que se ha limitado a la calderilla de los presupuestos que desde Madrid y Toledo tienen la misericordia, en su gran magnanimidad ,de darnos de limosna, y que nuestros políticos alborozados agradecen con ‘cobetes’, y besando la mano del amo del partido mientras le preguntan “qué hay de lo mío” en las listas electorales.
Dos ejemplos recientes hemos tenido en Talavera. Uno de ellos es a costa de los juzgadillos que van a ampliar en unas escuelas, pues mientras en otras ciudades hacen palacios marmóreos de decenas de millones, aquí dan cuatro perras para unas instalaciones cutrecillas, que a ver si estos del pueblucho ese medio extremeño de Talavera se contentan.
Pero es que además, para ahorrarse también algo de calderilla, deciden no excavar en el solar que por su situación es muy posible que tenga importantes restos arqueológicos y van a solucionarlo echando hormigón, perdiendo así la oportunidad de encontrar restos arqueológicos importantes que den un poco de caché histórico a la ciudad, buscando la fórmula para conservarlos sin dejar de hacer la obra correspondiente. Política de ínfimo nivel como siempre.
Y otro ejemplo es el de la tubería para subir el agua del Tajo y regar nuestra vega con la mierda de Madrid, dicen que solo en caso de urgencia, pero tanto el PSOE como el PP saben que es el primer paso para llevarse todo el agua del Alberche a Madrid y que allí la gestionen los honradísimos directivos del Canal de Isabel II, como el agua de Murcia lo gestionan los probos directivos de Aquamed con su amigo Cañete, el del infame Memorandum del Tajo.
Y van diciendo encima que sí, que solo es un pilón pero que es “mu bonito pa que beban las bestias” y salen en la foto tan contentos, y a los que defendemos que sea el Alberche un río vivo que además sirva para regar nuestra vega nos ponen a parir los propios afectados inducidos por los mismos políticos que les quieren vender la burra coja.
En fin, que a veces le dan a uno ganas de salir corriendo de aquí, pero eso es lo que ellos quisieran y va a ser que no.
Vamos, el desastre continúa