Todos aquellos que entrábamos en esta Talavera de nuestros pecados por la Puerta de Cuartos no podemos olvidar el recibimiento que hacía a nuestra vista esa exposición de cerámica que existe en la calle Olivares, en la antigua carretera general, que es la fachada de la fábrica de los Timoneda.
Miguel Betis siempre soñó retratar con su cámara los destellos de esta artesanía que nace de las manos de los Timoneda, una familia que fue pionera en comercializar este arte más allá de las fronteras talaveranas. Y hoy viene a esta sección Santos, de la generación de los setenta y consuegro del autor de las fotografías, como exponente de una artesanía que hace todo lo posible por sobrevivir esgrimiendo su calidad ante el acoso del material chino.
Santos Timoneda heredó el arte y la forma de trabajar de su abuelo y de su padre y, lo que es mejor, ha sido capaz de transmitir a sus hijos que continúen en la lucha de convertir el barro en calidad. Hoy viene a este sección Santos Timoneda, uno de los mejores ceramistas de la ciudad y magnífico exponente del comercio de antaño.