En las próximas horas, previsiblemente a lo largo del sábado, según se informa desde la Delegación del Gobierno, será puesto a disposición judicial José Alberto G.S., vecino de Talavera de 45 años de edad, que permanece desde este jueves en los calabozos de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Talavera acusado de un presunto delito de homicidio por la muerte de su madre.
Los hechos se desencadenaron en la madrugada del martes al miércoles, cuando el propio detenido dio aviso al teléfono de Emergencias 112 de que su madre, de 80 años, había sufrido una caída en su domicilio, sito en el número 8 de la calle San Juan de la Cruz, entre el Paseo de la Estación y Paseo del Muelle.
Valeriana S.R., de 80 años, fue trasladada al Hospital General Nuestra Señora del Prado, donde los servicios sanitarios no pudieron impedir su muerte en la mañana del 3 de febrero.
Según ha trascendido, además de la herida en la cabeza que según la explicación del hijo se había producido de manera accidental, la anciana presentaría signos de otros posibles golpes. Por todo ello, desde el Hospital de Talavera se dio el correspondiente aviso a la Policía Nacional.
Versión sospechosa
La versión de los hechos también levantó las sospechas de los agentes, que el jueves procedieron a la detención de José Alberto G.S. como presunto autor de un delito de homicidio. Esa tarde era conducido esposado y junto a su abogado hasta la vivienda que compartía con su madre para reconstruir los hechos una vez que el sospechoso habría cambiado sensiblemente su versión inicial al reconocer que la caída vino precedida de un empujón mientras discutía con su madre, golpeándose ésta con un mueble de su alcoba.
Mientras tanto, también el jueves el cadáver de la octogenaria fue trasladado al Instituto Anatómico Forense en Toledo, donde a esta hora todavía se están dictaminando las causas exactas de la muerte y la naturaleza de las heridas y golpes que presentaba.
Este suceso ha causado una gran sorpresa y conmoción en el vecindario, donde se asegura que la relación que mantenía la anciana con su hijo era buena y no hacía presagiar una posible agresión. Además, en las horas previas de ser detenido José Alberto se había mostrado muy afligido ante sus convecinos el fallecimiento de su madre.