La instalación de la pérgola que pone fin a las obras de Corredera del Cristo se está convirtiendo en todo un acontecimiento, atrayendo las miradas de gran cantidad de talaveranos, que, incluso, acuden a este lugar ex profeso para certificar por sí mismos lo que ocurre.
La expectación inicial ha dado paso al estupor y al enfado general. Aunque existen excepciones y opiniones favorables, los trabajos actualmente en curso para el montaje de la pérgola en la fachada del edificio de Correos, en el entronque de la calle Corredera del Cristo con la plaza del Reloj, ha recrudecido el debate sobre la remodelación llevada a cabo en este entorno urbano.
Tanto en las redes sociales como a pie de calle, son muchos los talaveranos que desde la tarde del lunes están expresando su descontento con la voluminosa estructura metálica, cuya cubierta está previsto que sea rematada con adornos florales.
Además del tamaño, el diseño y el material utilizado en este entorno del casco antiguo de la ciudad son algunos de los aspectos que están provocando mayor contestación social.