La lluvia se ha convertido en pertinaz protagonista del arranque de la Semana Santa de Talavera. Con la salvedad del Sábado de Dolores, este Lunes Santo los chubascos también han marcado el normal desarrollo del Vía Crucis de Los Jóvenes. Gracias al auge alcanzado, esta iniciativa surgida para involucrar a los miembros de menor edad de las distintas cofradías y hermandades de la ciudad ya va camino de contar con una propia en torno al Cristo del Mar, talla que en la tarde del Domingo de Ramos abre el camino del resto de pasos llegados desde la comarca.
A pesar de que la tarde había sido lluviosa y la noche también arrancó metida en agua, el Vía Crucis de Los Jóvenes intentó desafiar a los elementos partiendo de la Colegial poco después de las 21 horas.
Sin embargo, las condiciones meteorológicas únicamente permitieron el rezo en la calle de tres de las 15 estaciones penitenciales marcadas por las placas cerámicas que circundan Santa María la Mayor, templo que dio refugio a la talla del crucificado labrada en el siglo XV y la cruz cerámica que le precedía, así como a las decenas de jóvenes que le secundaban.
Así pues, a lo largo de las naves laterales de la Colegial continuó el rezo de un vía crucis que en esta oportunidad contó con la ambientación musical del coro de la Compañía de María.
