domingo, 28 abril 2024
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La izquierda triste

 

Miguel Angel SanchezHay una izquierda triste que dice representar a la gente, pero que sólo la usa como herramienta. Esto, que es tan antiguo como los chaparrones de los monzones de abril, no está de más recordarlo en tiempos de mudanza, que al final se quedarán en realquiler. La izquierda triste es el disfraz tendencia primavera-verano de una “intelligentsia” que desprecia en realidad a la gente de verdad, y que desde su pretendida y ampulosa prepotencia elitista, usa, compone y recompone con el simple objetivo del poder. La gente, la de la calle, es un instrumento, que ya dijo el clásico que el fin siempre justifica los medios. Es por ello este un tiempo en el que la libertad, la crítica, la disidencia,la personalidad y el compromiso, vuelven a estar de más, sobran, estorban, que siempre estará Robespierre para llevar a la guillotina a Danton.

A esta izquierda triste, pretendidamente elitista y transformadora, se le ha pasado el tiempo, como a la nieve en Gredos. La domesticación y puesta a servicio de unas siglas del movimiento del 15M trae consigo todo un ejercicio de travestismo político, pero en este país y con la máxima de todo por la causa, poco importa. Por eso pasarán, y pronto, caducarán como los yogures en un supermercado, aunque luego los reciclen y los vuelvan a dar una nueva vida, con otra fecha de caducidad. La izquierda triste es lo que tiene: nunca fueron nada. Y nunca lo serán.

La izquierda triste es una izquierda de postureo, no de fondo, una pretendida izquierda arribista que probablemente nunca las ha pasado putas para llegar no a fin de mes, sino al día quince o veinte. Es lo que tiene la élite intelectual, la “intelligentsia”, que lo mismo te somete a una purga leninista en el más canónico de los sentidos, que te manipula una asamblea pretendida y puerilmente considerada como tal. Y es que, ya lo dijo el clásico también, hay que ser zorro y león. Pero algunos somos más felinos y lo de las zorrerías lo miramos desde la atalaya, que siempre ha habido clases, faltaría más.

La izquierda triste, en grises, falta de colores y visión, campa estos días a sus anchas bastardeando su pretendido origen, su base, sus principios. Pero todo sea por la causa, que la gente siempre ha sido una herramienta y tal. Tiempos de pensamiento único, purgas, manipulaciones y fusilamientos al amanecer. Lo dicho: nada nuevo bajo el sol.

2 COMENTARIOS

  1. La izquierda alegre supongo que es la de los Cayo Lara y Llamazares, pasando hambre ellos, como tú; con miles de sedes y subvencionados por el Estado tras reconocer una monarquia que ahora sin posturear pretendeis derrocar, siendo los supermaster de la revolución.
    Deberias tener un poco de verguenza y mirar a tus compañeros cuando hables de purgas.
    Hace muchos años que la gente de izquierdas de este pais, los que las hemos pasado mal para llegar a mediados de mes, y los que no (brutal ejercicio de demagogia) no hemos visto tanto colores representandonos, hace años que no sentimos alegria como ahora, aunque los divertidisimos chicos de UP lo intenten evitar

  2. Me adhiero a Baldomero, y añado que voté a Ganamos con ilusión, pensando que llegaría el cambio, pero no lo es. Es como fue Dominguez, un fraude, que votaba con el PP. Lo van consiguiendo.

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