A pesar de las distintas actuaciones puestas en marcha los últimos meses para favorecer la accesibilidad urbana, aun son muchos los puntos negros y las barreras arquitectónicas a las que tienen que enfrentarse en Talavera las personas con movilidad reducida. Raquel Rodríguez, una vecina talaverana obligada a desplazarse en silla de ruedas, ha querido trasmitir la problemática que vive en primera persona al alcalde, Jaime Ramos, invitando a éste a compartir con ella un paseo por la avenida Francisco Aguirre.
En compañía de Lucía Pérez, concejal de Servicios Generales, el regidor ha aceptado la propuesta y a lo largo de la mañana del domingo conocido de primera mano algunos de los obstáculos que todavía salpican el entorno urbano.
A la conclusión del periplo, la primera autoridad municipal ha calificado la experiencia como “muy enriquecedora”, por permitirle ponerse “en la piel” de las personas que utilizan sillas de ruedas. De igual manera, se ha comprometido ante su guía a seguir impulsando actuaciones como el rebaje de bordillos y también mejorar los accesos a los pasos de peatones.