El comienzo del curso político local/localista ha estado marcado por el episodio de transfuguismo de dos concejales de Ganemos Talavera, aceptados amistosamente en el seno de la corporación municipal porque lo que sucede, conviene. Conviene para que no exista posibilidad real de moción de censura con lo que el PP incrementa aún más el mando en plaza; conviene para que el Psoe desnortado en lo que llevamos de mandato, se ponga alzas sobre los dos concejales que quedamos en Ganemos, 8 a 2 que no es lo mismo que 8 a 4, que era evidente quién ejercía realmente la oposición. Y, finalmente, para que Ciudadanos vea rebajada la presión porque ya no pivota sobre ellos la denominada eufemísticamente “gobernabilidad” de Talavera.
Y en esto dos concejales tránsfugas, muy bien venidos, empotrados/aceptados entre los muros del consistorio porque conviene, ya digo. El transfuguismo consigue lo que no dieron las urnas. Mejor dicho: crea la ilusión de una agrupación de electores independientes que ni tenía capacidad para siquiera presentarse a unas locales, ni de organización y sumar los votos necesarios para conseguir representación, porque probablemente no les hubiera votado ni el Tato, pero que ahora se presenta -interpretando amaneradamente la ley y el propio Reglamento Orgánico del Pleno-, como algo admisible, posible y natural. Interesaba e interesa que Ganemos Talavera sea laminada.
Aceptando la parte alícuota correspondiente -ya sabe, el que se acuesta con críos amanece meado-, al final queda el convencimiento de que interesa que todo siga como estaba, es decir, que Talavera siga a la deriva, que no se analicen determinados expedientes que han supuesto un menoscabo importante para los intereses y bolsillos de los ciudadanos, y en definitiva que todo siga con el trote cochinero y el pastueño hacer que ha conducido a esta bendita ciudad al furgón de cola de Castilla-La Mancha, España y Europa Occidental.
Por tanto, usted ahora podrá ver que le han salido al pleno municipal dos nuevos concejales agrupados ilegalmente/alegalmente en no sé sabe qué asociación o agrupación independiente -dicen-, adalides de la ciudadanía, la gente, y tal, la misma a la que no han dudado en torear usurpando dos actas de concejales obtenidas por Ganemos Talavera…, esas cosas que travisten de cortina de humo la realidad, y que ya huelen. La operación estaba definida, ya he apuntado algo por aquí. Su detonante cierta comisión de investigación sobre un Plan de Singular Interés iniciado hace más de una década en nuestra ciudad, y aún no finalizado.
La planificación, que venía de tiempo atrás, se acelera, y se enfoca contra mí, como malo malísimo. La excusa, endeble y traída por los pelos daba hasta risa: entrar en la Basílica y estar presente en los actos del día de la Constitución. El fin siempre justifica para algunos los medios.
Ya sabe: le han salido dos concejales trásfugas en el ayuntamiento de Talavera, como esos plantados que crecían en los huertos del Amanece que no es poco de José Luis Cuerda. Hay que regarlos de vez en cuando, pero ya se encargan -mientras les sean útiles- quienes les interesa que la vida siga igual, que cantaba Iglesias, Julio; que ya ni importa ni siquiera que parezca que lampedusianamente todo ha cambiado. Aires rancios para una Talavera que bosteza. Ya se ocupan los de siempre de que todo siga igual y sus intereses no sufran menoscabo.
