domingo, 28 abril 2024
- Publicidad -

Demagogias y medianías locales

 

Miguel Angel SanchezA un pleno municipal de Talavera puedes llevar mociones para que se hagan cosas para la ciudad, o  mociones para conseguir titulares. Titulares que definen y perpetúan la política de cartón piedra y flojerío de varias décadas ha dejado a Talavera un descosido del tamaño del pilono del puente atirantado. Pero hay quienes aún se empeñan en usar los viejos moldes, y creen que les sigue valiendo el asunto.

La capacidad de maniobra real de la oposición en una ciudad como la nuestra acogida -es un decir, claro-, a la ley de grandes ciudades, que fía/secuestra la acción política y ejecutiva a la junta de gobierno compuesta exclusivamente por los once minoritarios concejales del Partido Popular, es más que ajustada; y pasa por incidir en lo que la ciudad precisa, en fiscalizar, denunciar, proponer y apoyar cuando las soluciones planteadas sean las mejores para la ciudad.

Entender Talavera como una sucursal de la pelea política nacional o regional, sigue siendo un error, a estas alturas imperdonable. Y más si no pintamos nada en el patio de los mayores. Y al final, al igual que las guerras siempre las pierden los poetas, Talavera acaba mal parada, ignorada, ninguneada y el ultimo de la cola de cualquier lista. Sobran ejemplos y años y años de gestión política municipal, y los resultados están en la calle.

Entrar en ese juego, en el circuito manoseado de lo “políticamente correcto”, al uso de la más  trabajada tradición, es algo que en provincias -y más aquí donde el conservadurismo vernáculo más variopinto mantiene mando en plaza gobierne quien gobierne-, aún hay quien cree que funciona.

Pero está más pasado de moda que las patillas estilo Curro Jiménez. Pasar de puntillas por los asuntos serios mientras te montas el típico y tópico teatrillo emulando a los hermanos mayores de Madrid o Toledo, o sacando las castañas del fuego a los jefes del Gobierno central o de la Junta, ya cansa.

La tragicomedia que se traen con Talavera tiene consecuencias. Hay plenos a los que no asiste ningún ciudadano. ¿A qué jugamos? ¿A sacar dos o tres titulares? ¿A dejar claro que nos sigue sin importar una higa lo que pasa a la gente que aún vive en esta ciudad? ¿A hacer carrera política? ¿A que nos pasen la mano por el lomo los jefes? ¿A quién representamos? ¿Servimos para algo?

Conmigo que no cuenten.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad