La vida deportiva del talaverano Álvaro Bautista cambió nada más recibir la bandera a cuadros en el último gran premio de la temporada pasada, el de Cheste del 13 de noviembre de 2016. Ahí despertó de la ‘pesadilla’ que supuso sus dos años en Aprilia de la que salió airoso, sobre todo en la recta final del último año con buenas actuaciones y siempre entre los diez primeros.
En el inmediato primer test de la temporada 2017 pudo comprobar que la Ducati GP16 es otra cosa y bien distinta. “Es más manejable, más fácil de llevar entre comillas, menos pesada, más suave y equilibrada. Me gusta más” que cualquier otra de las que ha dispuesto en el Campeonato Mundial de Motociclismo (Suzuki, Honda o Aprilia).
Bati habla así en una entrevista concedida a su nuevo equipo, a su viejo equipo, con el que consiguió el único título mundial que jalona su palmarés, el Aspar Team. Sabe que es muy pronto para conocer a ciencia cierta dónde podrá posicionarse en una parrilla de MotoGP con muchos cambios y ansias de victorias. Sin embargo apunta alto: “voy adquiriendo más experiencia con el paso del tiempo, parto con una moto hecha. Sé que tengo que evolucionarla, pero podremos centrarnos en la puesta a punto o en el comportamiento de los neumáticos porque la electrónica me gusta mucho. Competir con los cinco primeros sería un buen resultado, lo veo difícil pero puede ser un objetivo realista”.
En cada entrenamiento el talaverano se siente más seguro y con más ganas, algo vital para un piloto. Ahora se reanudan los test oficiales -30 de enero en Malasia; 15 de febrero en Australia; 8 de marzo en Jerez; y 10 de marzo en Catar, sólo siete días antes de que se ilumine el primer semáforo de la temporada precisamente en el circuito del desierto de Losail. “Si puedo exprimir al cien por cien la moto y me puedo divertir, llegarán los resultados”. Así sea.