Los cargos públicos deben ser conscientes de que representan a toda la población tanto a sus votantes, como a los que nunca les votarían y dejar a su paso por las instituciones huellas de corrección en el trato y respeto hacia sus compañeros y compañeras tanto de partido como de oposición.
Ahora nos despertaremos del sueño y bajaremos al día a día de las mujeres en Malpica de Tajo y allí nos encontramos con que su alcalde (un señor de largo y variado recorrido político), no solo excluye a las vecinas en las ofertas PÚBLICAS de empleo, ningunea el trabajo de las empleadas del ayuntamiento, amenaza a las mujeres de baja maternal e insulta y menosprecia a la representante y portavoz de IU a la mas mínima ocasión, también firma bandos con faltas de ortografía como excusa para tapar su machismo. Su comportamiento se sale del caciquismo rancio para instalarse directamente en el machismo rancio, un machismo siempre encaminado a ofender y atacar a mujeres, dudando de su trabajo, de su capacidad e incluso de sus derechos ya que ha amenazado con descontar del sueldo de la trabajadora de baja maternal, lo que cueste su sustitución.
Lo pasmoso, lo terrible, lo vergonzoso del caso es que este comportamiento no es único, es habitual, está refrendado por su partido (su silencio así lo indica) y a la sociedad en general no le resulta repugnante.
Isabel Álvarez es responsable del Área de Mujer de Izquierda Unida Toledo